Invitado a una videoconferencia sobre "Violencia en las Escuelas", el autor elige introducir la posición del analista lacaniano en la época a través de la exploración de los trágicos sucesos de Carmen de Patagones; cotejando la versión argentina a la ficción cinematográfica "Elephant". Articula el aparente heroísmo de la venganza de "Kill Bill" al goce de la matanza que en verdad esconde, para develar la paradoja de la máxima kantiana. Examina la sociedad del espectáculo, la declinación del Otro, valiéndose de los aportes de R. Espósito en su redefinición de la biopolítica.
La siguiente es la tercera de un ciclo de videoconferencias organizadas desde el Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas, junto con UNESCO, Brasil, con la Universidad de San Martín y el Ministerio de Educación de la Nación.
La apertura estuvo a cargo de la licenciada Mara Brawer, coordinadora del Observatorio, quien recordó que el mismo tiene por objetivo generar instancias de investigación acerca de la temática de la violencia en las escuelas con el fin de promover políticas públicas para la prevención y mejoramiento en la convivencia, así como la construcción de espacios de debate y de reflexión junto a los docentes.
Brawer envió un saludo a las provincias que pudieron conectarse y a los que llegaron a pesar de los inconvenientes de una intensa lluvia. Agradeció a la fundación OSDE, a las cabeceras de la Red Federal de Formación Docente y a los Ministerios de Educación de todas las provincias. También anunció la inminente publicación de experiencias, ganadoras en un concurso para equipos escolares sobre cómo trabajar la convivencia en la escuela. Por último, presentó al especialista invitado, quien también agradeció a los organizadores. Posteriormente, la licenciada Mariana Moragues coordinó las preguntas que realizaron diferentes provincias.
Para comenzar, me gustaría referirme a la película Elephant (Gus Van Sant, 2003), que tuve oportunidad de ver hace algunos años. Es un planteo diferente del que presentaBowling for Columbine (Michael Moore, 2002), un documental sobre la matanza ocurrida en 1999, en una escuela en Portland, Oregon. La película que mencioné primero me impactó más, aunque los hechos que se narran son ficción, lo que me llevó a comentarla en varias oportunidades. Al poco tiempo sucedió lo de Carmen de Patagones: evidentementeElephant estaba dando algún signo de las problemáticas de la época.
El título de la película, "Elephant", se tomó de la parábola de los ciegos y el elefante. En esta historia, de la que encontramos una versión del siglo II A.C. en los cánones budistas, varios ciegos examinan diferentes partes de un elefante: orejas, piernas, rabo, trompa, etc. Cada ciego está completamente convencido de que entiende la verdadera naturaleza del animal, basándose en la parte que tiene en sus manos. De esta forma el elefante es como un abanico, o como un árbol, o una cuerda o una serpiente. Pero ninguno puede ver el todo. Creo que la idea de Van Sant es muy interesante, porque nos dice que un hecho así, solo se puede abordar parcialmente.
Voy a tomar brevemente algunas cuestiones que llaman la atención. Primeramente, podemos decir que en la película no hay padres. Solamente al principio aparece un padre alcoholizado que es el mismo que aparece al final, pero el film transcurre en ausencia de padres, este es un elemento importante. Además, está el escenario de ese High School, que no tiene nada que ver con nuestras escuelas. Sin embargo, muestra la rutina cotidiana de una secundaria como cualquiera, pero también cómo se va gestando lo que va a suceder después. Presenta distintos jóvenes, algunos más raros que otros. En un momento, dos amigos en la casa de uno de ellos. La imagen muestra a uno tocando en el piano, "Para Elisa" de Beethoven, una melodía que se reitera en la película. Otro, jugando un video game, que consiste en matar a los contrincantes. Suena el timbre y llega una encomienda: es una ametralladora o un rifle. La prueban en el garaje y dicen que ya tienen todo para empezar lo que habían planeado para el día siguiente. Por supuesto, en esa casa no hay padres. Despliegan un mapa del colegio, acuerdan en qué lugar se van a ubicar, con qué cuentan, y uno le dice al otro: "tenemos un día de diversión garantizada". La trama sigue así, llegan al colegio con bolsos llenos de armas y con ropa de combate. Nadie se da cuenta de eso. Uno al otro es: "¡Divertite!" y comienzan la masacre. Lo que sucede después es la realización del video game. Es por esto que interesa tomarlo para abordar la problemática del lazo social: quienes tenían con ellos lazos cotidianos, pasan a ser blancos de video game, con los que producen la matanza. No importa el final, no hay desenlace, se muestra esto: el profesor, el preceptor, sus compañeros, nada detiene a estos chicos.
Mi intención es vincular la película con lo ocurrido en Carmen de Patagones. Escribí un artículo publicado en Página 12 (7/10/04) y en la revista digital,
Virtualia nro. 12. Los alumnos, justamente habían visto Bowling for Columbine 15 días antes. Es decir que un intento de tratamiento preventivo sobre violencia en las escuelas, quizás le dio la idea a Junior para consumar las atrocidades que cometió. Aunque debemos admitir que en la escuela de Carmen de Patagones ya había señales. En uno de los pupitres estaba escrito: "Si alguien le encontró sentido a la vida, por favor escríbalo aquí", también, "Lo más sensato que podemos hacer los seres humanos es suicidarnos". Creo esas señales estaban y no se les prestó la debida atención. Tampoco es raro que los adolescentes escriban cosas así.
En el artículo, decía que este episodio marcó a la institución Escuela en todo el país. Se habían vuelto sospechosos todos los chicos retraídos, es decir que se produjo una especie de paranoia generalizada: cualquier tímido podía ser un criminal en potencia.
Lo que se pone en juego, tanto en la película como en el episodio de Patagones, es un caso extremo que no da cuenta de la violencia en las escuelas. Justamente los medios de comunicación se dedican a mostrar aquello que va a producir mayor rating, las atrocidades que son parte del espectáculo. El tema de violencia en las escuelas es mucho más amplio de lo que aparece en las noticias. Existen episodios cotidianos donde, sin llegar a estos extremos, la violencia está presente.
En mi opinión, una cuestión fundamental es cómo saber abordar no sólo estos casos de extrema gravedad, sino la violencia en el ámbito escolar como síntoma social. En este sentido, podemos trazar algunas coordenadas para poder pensar este fenómeno.
En primer lugar, podemos tomar un término que usa Lacan en un artículo sobre la familia que se titula: "Los complejos familiares en la formación del individuo" (1938). Lacan habla de la declinación social de la imago paterna, lo cual constituye un elemento clave para poder pensar la época y la cuestión de la autoridad. Esta formulación de Lacan tiene como antecedente la famosa frase de Nietzsche (1844 -1900): "Dios ha muerto", que apunta a que el mundo de los valores, de los ideales, de los grandes relatos, de los fundamentos, ya no tiene vida, ha caído. De algún modo se puede decir que el siglo XX es un siglo de declinación de ideales, de valores y de la autoridad. Nosotros también hemos asistido a esto. Por ejemplo, en la época de Freud la autoridad del médico, del político, del maestro, del profesor, del docente, era considerada de forma muy distinta que en estos tiempos. El médico de familia, el médico como portador de un saber, ya no existe más. El psicoanálisis parte de ahí: Freud, posicionado como médico encarnaba una figura de saber. Hoy esa figura ha declinado y el médico es alguien que suministra medicamentos: hay más autoridad en una fórmula química, que en aquel que la suministra. Así como la creencia en los políticos, en los periodistas, ha declinado la autoridad de los docentes. Tampoco podemos dejar a los psicoanalistas fuera de esto: hay una tendencia a poner el psicoanálisis en el mismo nivel de prácticas como el tarot, el reiki o cualquier otra práctica.
En definitiva, la frase de Nietzsche funciona como bisagra entre una época y otra.
La ética de los comienzos del siglo XX es una ética del sacrificio y de la renuncia, que funcionaba como regulación. Lo encontramos planteado en varios textos de Freud: la cultura exige al individuo renuncias, a la agresión, a las satisfacciones pulsionales. Lo cual permite cierto contrato social, cierto ámbito de regulación. Sin embargo, actualmente tanto en la clínica como en la práctica que ustedes realizan, nos encontramos con adolescentes que no sacrifican nada, que no les interesa saber nada, que no les importa el futuro, quizás a algunos les interese divertirse. Son hijos de padres que trabajan, que estudiaron, que se han sacrificado en la vida para poder vivir dignamente y para darles educación a sus hijos. Estos jóvenes generan angustia en los padres, en la medida en que no tiene nada que ver con lo que sus padres esperaban de ellos, pero van muy bien con el discurso actual. Al contrario de la ética religiosa del sacrificio y de la renuncia pulsional, el paradigma actual es el del mercado, el de la ética capitalista, en otras palabras: el consumo, la diversión como algo distinto del sacrificio. Por eso destaqué enElephant las dos oportunidades en las que aparece este tema, cuando un chico le dice al otro "tenemos diversión garantizada", y al despedirse antes de empezar la masacre: "divertite". Es un término que tiene tradición en la filosofía. Se puede decir que es un término banal, pero hay que tomarlo seriamente. Sin que entremos en profundidad, Pascal lo plantea como un modo de eludir la relación con Dios; es interesante esta relación entre el término diversión y la idea de eludir. En occidente la industria del entretenimiento (Entertainment), es una de las más poderosas del mundo. Tomar el cine no es simplemente un hecho anecdótico, sino que el cine es un condensador de artes y también constituye un medio de transmisión de cuestiones que son centrales en la cultura, pero a la vez es un producto industrial para el mercado de la diversión.
Entonces, la cuestión de la diversión marca una ética distinta de la del sacrificio.
Hay en este punto una relación con algo que planteaba Freud, que tomaba al súper yocomo un derivado de la conciencia moral, que tiene su antecedente en la tradición Kantiana. Kant ubica en el centro de su ética, la conciencia moral y formula lo que llama suimperativo categórico, el imperativo Kantiano. La máxima universal que Kant plantea es: "Haz que la regla de tu acción sea una regla que valga para todos".
Así plantea como cuestión central de la voluntad moral, la renuncia a las inclinaciones, es decir, que cada uno debe renunciar a sus inclinaciones que llama patológicas, para responder a una máxima universal. De aquí se deriva el planteo de Freud del súper yo. Pero Freud encuentra una paradoja: mientras en Kant el individuo que más renuncia, el que más se sacrifica, es el más virtuoso; Freud encuentra en la clínica que cuanto más renuncia el sujeto, el superyo se vuelve más crítico y severo.
A diferencia de Kant que planteaba "cuanto más renuncia más virtud", para Freud "cuanto más renuncia, más patológico". En Freud el extremo del súper yo es la melancolía, que lleva al sujeto al suicidio.
Actualmente nos encontramos con este cambio de paradigma en el discurso actual que no exige renuncia.
Ahora bien, Lacan produce un viraje. Dice que lo que en realidad exige el súper yo es goce, es decir, "goza más, aunque sea renunciando"; aunque sea sufriendo, exige goce. Esta fórmula es pertinente, para pensar el mandato actual, que lo que exige no es renuncia, sino más bien consumir, gozar, deportes extremos, adrenalina etc., en el marco de un vacío de sentido.
En el film citado, está muy claro que no hay ningún sentido en juego. No eran discípulos de Marilyn Manson, ni eran nazis.
Hay ciertos hechos reivindicativos: a uno de ellos lo habían insultado o humillado, pero intrascendentes. En mi opinión eso es más horroroso, que si hubiera habido algún sentido delirante. Es más horroroso que haya un vacío de significación.
Es muy angustiante para algunos padres cuando se enfrentan con un adolescente al que no le importa nada. Quizás no son casos graves de adicciones, sino que el punto más grave es ese vacío respecto del futuro, y la ausencia de intereses.
En el discurso actual, el sin sentido que se pone en juego, por ejemplo en Gran Hermano, o en los medios cuando lo que les interesa es mostrar la tragedia, la atrocidad para tener rating, para luego pasar publicidad, sólo porque hay mucha gente viendo eso.
En Psicología de las Masas (1920) Freud plantea que el ideal del yo, lugar ocupado por el líder, mantiene la cohesión de la masa: eso produce una homogeneidad, en cambio al declinar los ideales, se provoca una disgregación de la masa. En ese sentido, al faltar aquello que funcionaba como un modo de regulación, de cohesión, se produce un fenómeno de dispersión. Para pensar lo actual, no se puede decir que hay una masa de consumidores. Que haya una marca, no quiere decir que todos los que usan Nike hagan masa. La relación de identificación con un líder o un significante del ideal o un ideal en común, eso hace masa. En cambio las marcas del mercado, no constituyen una masa homogénea. No hay ninguna relación de lazo entre los consumidores. Por eso es relevante la división entre sujeto, ciudadano y consumidor: el ciudadano tiene algo en común con otros, el consumidor no.
Volviendo al tema, hay un cambio de paradigma entre la masa conceptualizada por Freud y las multitudes actuales, que no necesariamente tienen algo en común. No hay una instancia que regule. La violencia tiene que ver justamente con esto, con una ruptura de lazos, con la declinación de la autoridad. La declinación de los ideales hace que el otro no necesariamente es un semejante sino que, como bien lo muestra en la película, forme parte de un videogame.
En la película Kill Bill, Tarantino pone en juego la violencia claramente. Hay allí un sentido. El film trata de una venganza, pero al final Bill le pregunta a Kiddo (Uma Thurman) si ha gozado matando a todos los que mató hasta llegar a él, ella responde que sí.
Está por un lado la trama de la venganza como sentido heroico, pero al final queda al descubierto que ella ha gozado con eso.
Hay un texto de Michel Foucault de 1975 que habla del Panóptico. Éste fue una invención del utilitarista inglés Jeremy Bentham (1748-1847) para renovar las instituciones carcelarias. En la Edad Media las celdas eran oscuras, se practicaban los tormentos y castigos físicos, Bentham plantea una innovación en el modo de corrección y castigo.
El Panóptico era una especie de edificio con una torre central con un vigía, desde donde se podía ver todo. En ningún momento los reclusos quedaban fuera de la mirada. El modo de corrección era estar vigilándolos todo el tiempo.
Tal como lo toma Foucault, el Panóptico anticipa las instituciones actuales: todo está a la vista. No solo en el sentido arquitectónico, la tecnología de los medios ha permitido que todo se pueda ver. Gran Hermano es un buen ejemplo de panóptico.
Allí hay un asunto de interés respecto de la cuestión del ocultamiento: se plantea un cambio de paradigma respecto de la violencia y del castigo. Hasta hace unos años y no muchas décadas, el castigo físico era parte del proceso educativo. He escuchado relatos en Europa, Francia o España donde todavía se usa la violencia como modo educativo. El tratamiento de la violencia familiar fue erradicando ese discurso, pero ahora tenemos el problema inverso: la violencia aparece no por el modo educativo, sino en este desafío a la autoridad o directamente cuando no se la reconoce, o bien entre los mismos alumnos.
En suma, es importante tener en cuenta todo esto: por un lado aparece el panóptico, vigilar pero no castigar, y por el otro lado aparece esa especie de declinación de la ley del castigo que produce el "todo esta permitido", no hay reglas, no hay ley, etc. Asimismo, "todo se puede ver" –que podemos hacer coincidir con el reality show– a lo que se suma "todo se puede decir", todo es válido.
Quizás el matiz diferente al panóptico, es que el lugar del vigía, que es el que vigila todo, una vigilancia ética, se ha convertido en un lugar de goce.
El "todo vale" marcó la década del ´90, el neoliberalismo, lo que llamó Fukuyama, "El fin de la historia"; todo se podía ver, todo se podía decir, y nada tenía consecuencias. Sin embargo, hay que ubicar un corte en el 11 de septiembre del 2001 que marcó el paso de la época de la globalización y el mercado, al paradigma de la seguridad en el comienzo del siglo XXI.
Para concluir tomaré un concepto trabajado por el filósofo napolitano, Roberto Esposito. Es un autor importante sobre estos temas, tiene tres libros relacionado con la filosofía política titulados: Communitas, Immunitas y Bios, publicados por Amorrortu Editores.Toma el término biopolítica de Foucault, ya que no se trata sólo de la política desde los derechos del ciudadano y los derechos del sujeto, sino que incluye la política sobre los cuerpos. El ejemplo extremo que toma Espósito es el holocausto en cuanto política de exterminio. Más sutilmente hallaríamos la política de salud o la política de educación. Es decir que la política no sólo afecta al sujeto como ciudadano o al sujeto del lenguaje, sino que también aborda lo real del cuerpo.
Generalmente los fenómenos como el nazismo, desde la política en sentido tradicional y desde la filosofía política aparecen como impensables; en cambio desde la biopolítica se pueden abordar, en la medida en que, si la política es también política sobre los cuerpos, entonces toda política va en ese sentido.
El concepto que me interesa tomar de Espósito, en relación con la biopolítica, es lo inmunitario como opuesto a lo comunitario. Lo inmunitario es justamente un aparato de defensa que protege al organismo de cuerpos extraños. Ahora bien, llevado al terreno de la comunidad, el autor plantea como inmunitarios los aparatos de seguridad, los aparatos de evaluación, etc. Realiza una crítica planteando que en esta época la seguridad está más puesta en lo inmunitario que en lo comunitario.
Pienso que nuestro modo de tratar el tema de la violencia tiene que tener en cuenta ese detalle. Si ponemos el acento en lo inmunitario, nos convertimos en detectores de patologías encubiertas y armamos todo un aparato persecutorio que no va a evitar estos fenómenos de violencia, sino que justamente los va a incrementar. Un ejemplo claro de esto podemos encontrarlo en la película Babel. En ella se muestra que no hay globalización, sino más bien una babelización en el mundo actual. Si bien la tecnología es mundial, no hay una globalización efectiva. Babel permite pensar algo en relación con lo inmunitario, en el momento en que muestra el accidente de estos chiquitos marroquíes al probar un fusil que había dejado un japonés en su expedición de caza. Justamente, el accidente se convierte en una cuestión de Estado y esos niños son considerados terroristas. El aparato de seguridad termina matando a uno de ellos luego de ese episodio, que se vuelve trágico al convertirse en una cuestión de terrorismo de Estado, abordado por un aparato inmunitario. También aparece la situación en la frontera: el paso de EE.UU. a México sin ningún control, mientras que de México a EE.UU. hay un aparato de control tremendo, una barrera infranqueable que -más allá de la política inmigratoria- pone en riesgo de vida a la niñera y a los niños. Así, el aparato inmunitario convierte un hecho que quizás es banal, en algo siniestro. Espósito señala que la preservación de la vida en la política inmunitaria, es una política de la vida que puede destruir la vida.
Es por eso que es importante el modo de abordar estas rupturas de lazos; si se aborda por el lado inmunitario, puede producir más desastres que buenas consecuencias.
En ese sentido, quiero tomar una frase que está en Bowling for Colombine. Le realizan una entrevista a Marilyn Manson, el cantante de rock, preguntándole si era el instigador, el ideólogo de esa masacre, contesta que no, de ninguna manera. Entonces le preguntan qué es lo que le diría a esos chicos, y Manson tiene una respuesta inteligente, dice: "No les diría nada, simplemente los escucharía". Esto es relevante para tener en cuenta al abordar estos asuntos. Podemos producir discursos, intentar transmitir modos de tolerancia, de no violencia, etc., pero es más importante abrir la posibilidad de lazo. En definitiva, que estos pequeños detalles tengan algún lugar en el sistema educativo. No se trata de armar un aparato inmunitario, sino un abordaje más bien del lado de lo comunitario.
En Carmen de Patagones, 15 días antes del suceso habían visto la película Bowling for Columbine, para que fuera elaborada por los alumnos. Podría pensarse que a ese chico, que evidentemente tenía una grave perturbación, le dio una idea, lo llevó a pasar de los dichos al acto. Los dichos los vimos en los mensajes: "si alguien conoce el sentido de la vida, escríbalo aquí", o "lo mejor que puede hacer un ser humano es suicidarse". Los actos fueron lo que sucedió después. Quizás no fue la estrategia más afortunada. Tal vez sí es adecuado abordar los episodios pequeños en los que está en juego la violencia, la agresión a las autoridades. Poder poner en juego el lazo. El psicoanálisis, aborda el lazo social como discurso. Hay distintos modos de discurso, la política es un modo de discurso, lo que nosotros escuchamos en la clínica también es un discurso, el discurso del inconsciente. Lo que ha enseñado Freud -y creo que ese es el aporte más importante del psicoanálisis a lo social- es que no hay un salto entre lo individual y lo social, sino que la misma estructura que se pone en juego en un sujeto, la encontramos en las masas. Lo individual y lo social tienen la misma estructura y hay que abordarlo de la misma manera.
María Masa: Yo soy tutora. Nos reunimos todos los viernes para tratar los temas de la escuela y a veces surge el tema de la violencia en algún episodio específico. El problema es que no hay un gabinete psicopedagógico en el colegio. Yo pienso que somos muy limitadas, que podemos tener buena voluntad, pero… ¿qué sucede en los colegios donde no hay un gabinete? Yo creo que en un futuro muy cercano se va a tener que trabajar en eso, porque hay colegios que no lo tienen. Y mientras tanto, ¿qué se puede hacer?
Lic. Goldenberg: Evidentemente es algo necesario, pero la cuestión es aún más amplia. Estos ámbitos de reflexión o dispositivos de abordaje de estos temas son necesarios en el ámbito educativo. Puedo tener alguna idea, pero me parece que ustedes tienen que reflexionar y producir dispositivos que puedan tramitar o poner en juego esto.
María Masa: Quizás el secreto es escuchar, coincidiendo con Marilyn Manson. Los dispositivos se pueden poner o no en funcionamiento, armar o crear, pero me parece que se puede empezar por una vida bastante más sencilla comenzando por abrir las orejas. Coincido con esto que se decía acerca de cuánta participación se les da a los chicos en armar cosas, en redactar las leyes. No sé si no había que pasar la película en Carmen de Patagones. En las escuelas donde se pasan películas que hacen pensar las cosas se abrieron debates después, se abrió el espacio para que cada uno opinara y tomara en cuenta estas señales y todas estas cosas que van apareciendo. Me parece que lo que falta es eso, escuchar a los chicos y poder darle más importancia a lo que dicen, a lo que piensan, y tenerlos más en cuenta.
Lic. Goldenberg: Sí, creo que eso es importante, pero si vieron Elephant, hay una secuencia donde están reunidos con un psicólogo hablando todos los chicos sobre sus problemas, y sin embargo, el hecho sucede igual aunque eso está. Me parece que el que está dispuesto a poner en juego la palabra, va a poder evitar algo. Creo que hay que inventar dispositivos para poder tramitar estas cuestiones. Por eso digo, no lo veo tan simple, no creo que pasar o no una película va a resolver el tema, o solamente con los gabinetes, me parece que la cuestión es todavía más amplia.
Rosa Sofía Urre: Soy integrante de Ledia, que es un equipo disciplinario de infancia y adolescencia. Somos nuevitos, estamos trabajando desde noviembre del año pasado. Vos hoy comentabas que en esta situación contemporánea nos encontramos con que los papás tenían expectativas diferentes de lo que los chicos y jóvenes son. Yo me cuestiono esto muchas veces, me pregunto qué es lo que lleva a esta contradicción entre la realidad y lo que estos padres buscan. ¿Por qué no pueden llegar a sus hijos para que sean lo que ellos tienen expectativas de que sean? ¿Esa es una cuestión cultural? ¿Tiene que ver con la forma en que está dado el sistema hoy? ¿O es solamente una cuestión de lo que les llega a los pibes desde la televisión, de los medios de comunicación y demás?
Lic. Goldenberg: Por eso decía que en Elephant no hay padres, y eso indica algo. Esos chicos con tarjetas de crédito compran las armas por Internet. Las armas llegan a la casa.
Por un lado allí no hay padres, mientras que nosotros hablamos de padres que aparecen preocupados por estos adolescentes a los que no les importa nada: ese es el mejor de los casos. También puede haber padres a quienes sus hijos no les importan nada, tenemos de esos también. Con respecto a esa diferencia, lo puedo constatar mucho en las demandas clínicas, en los intercambios y también en las escuelas; aparece en un principio como un problema de fracaso escolar, de chicos repetidores, y esto no es así. Por eso tomé la cuestión del ideal de los padres: quizás para ellos es muy angustiante que repitan, pero hay chicos a los que no les importa nada, hay chicos que pueden repetir tres, cinco veces y no les importa. Si el sujeto se mide con un ideal, ahí aparece algún punto de falta, de culpa. Y por más que los padres tengan ideales, no necesariamente pasa lo mismo con los adolescentes. En definitiva, el lazo social y el discurso van en la misma línea.
Genaro, docente e investigador: ¿Tal vez no le conviene a algún poder económico que el lazo social no sea una casualidad? Digo algún entre comillas, por no decir grupos de poder económico en la sociedad. ¿Puede ser que el discurso político no tenga nada que ver, que sea un discurso y nada más, cuando se elaboran nuevas leyes educativas en las que el sujeto-objeto de la acción, que es el educando, no tiene voz ni voto ni participación, y se habla de la comunidad o lo comunitario aunque realmente el educando es y sigue siendo un objeto pasivo donde no hay espacios de reflexión? Si bien es cierto que en lugares donde hay gabinete se puede hacer un poquito más, la intervención muchas veces genera violencia. Intervenir, como pasó en Carmen de Patagones, que es una escuela con gabinete y lo sigue teniendo, cuando dio esa película incentivó la violencia. Yo creo que las políticas educativas tienen que tener un discurso que enseñe a pensar sobre todo el bombardeo que tienen el niño y el joven, es decir, no solamente enseñar a leer y escribir, sino leer y pensar lo que nos llega, qué hay detrás de todo eso. Y reitero mi pregunta, si no es que esto les conviene a los poderes económicos, porque si los chicos están felices y saben interpretar y no pueden ser engañados, no se va a poder vender ni droga, ni tabaco, ni alcohol.
Lic. Goldenberg: Por más que haya un núcleo familiar, evidentemente hay un bombardeo discursivo, como decía el colega Genaro. Porque Gran Hermano está en cada casa: en cada hogar está la intromisión de un discurso que es extraño.
Además, que los adolescentes aparezcan como síntoma para los padres ya es una buena señal. Por supervisiones en hospitales sé que hay muchos casos en los que la demanda no surge de los padres sino del colegio, y cuando viene del ámbito educativo me parece alentador. Es muy importante poder señalar que tal chico necesita tratamiento. En muchos casos concurren a tratamiento por el colegio y no por los padres, porque los padres no se dan cuenta de que ahí hay algo que anda mal. Por supuesto que es necesario el gabinete, pero está más allá del gabinete, está en el modo de escucha que se pone en juego en cada docente, y también en los hospitales. Son muchísimos los casos de demanda de tratamiento que vienen del colegio. También hay demandas judiciales, pero son distintas. La escuela es un lugar donde, a falta de la familia, se pueden detectar síntomas. Aquellos niños que van a tratamiento no son posibles asesinos seriales, sino casos mucho más mínimos. Cuando hay sufrimiento y el chico es escuchado, eso permite la posibilidad de que entre en un tratamiento, y pueda hacer algo con su angustia. Las dificultades, las trabas, las inhibiciones, las angustias se ponen en juego en el lazo y la escuela es el lugar más importante para detectar eso. No hay muchos más lugares para los chicos: están la familia y la escuela. En el shopping, en la cancha, allí nadie se va a ocupar, son lugares más bien anónimos.
Jujuy: Se dijo que no es bueno abordar la violencia por lo inmunitario, ¿desde dónde, entonces?
Lic. Goldenberg: Sí, planteé la inconveniencia del abordaje desde la lógica inmunitaria. Les recomiendo el libro: Immunitas (Amorrortu Editores), de Roberto Espósito. Mientras en la época de los ´90 el discurso era el del consumo y la globalización, el discurso actual es la seguridad. El abordaje desde la seguridad es tomar algo sintomático como peligroso, y cuando un discurso toma algo sintomático como peligroso, lo puede convertir en peligroso. Por eso di el ejemplo de Babel.
Pienso que hay que pensar la cuestión más por el lado comunitario. Creo que hay modos de tratamiento desde lo discursivo, desde lo comunitario. Por eso la referencia que hice anteriormente me parece importante: conozco la cantidad de demandas en los hospitales que surgen a partir de las escuelas. Eso es un buen indicio. No sólo permite evitar cuestiones que pueden ser catastróficas, sino que también hay pequeños sufrimientos que afortunadamente la escuela puede detectar, en el buen sentido, y permitir un ámbito para que se pueda destrabar, para que se pueda hacer algo con esto y no que quede silenciado. No es necesario tomar sólo los casos que salen en los medios, hay modos de padecimiento que quizás son más silenciosos. Es importante que el ámbito educativo sepa orientar, encausar, darles un lugar.
Tandil: ¿Cómo lograr la reinserción escolar de un joven que cometió un hecho de violencia premeditado, pensando en una situación como la de Patagones?
Lic. Goldenberg: Es una pregunta difícil. En el caso de este chico Junior, creo que le cambiaron la identidad. No sé realmente cuáles han sido los hechos posteriores, pero de algún modo va a ser siempre Junior. Es como si hubiera encontrado de golpe el sentido de la vida que le faltaba ..., lamentablemente él va a ser siempre el que cometió este acto. Ahora bien, ¿es posible la reinserción escolar? Bueno, hay que ver la cuestión caso por caso. Hay actos que no tienen retorno, me parece. Además, los actos tienen consecuencias, y es necesario que las tengan, pero ni yo ni ustedes estamos en condiciones de determinar cuáles son esas consecuencias. En ese sentido no me parece que sea tan simple pensar en una reinserción.
San Juan: ¿Qué hacer con respecto al deterioro de la autoridad del docente, que es lo que impide preservar su seguridad y promueve conductas desbordadas?
Lic. Goldenberg: Sí, evidentemente el deterioro de la autoridad produce todo eso. Ahora bien, ¿cuál es el abordaje adecuado? ¿Restaurar la autoridad desde un autoritarismo? No sé si eso sería lo mejor en este momento. Hubo épocas en las que el totalitarismo era un discurso predominante en el mundo; ahora prevalece el discurso de la seguridad, que no necesariamente es un discurso autoritario, pero no es la manera de evitar los desbordes. Pienso que no. Siguiendo la línea de las respuestas anteriores, si abordamos lo sintomático como peligro, entramos en ese discurso de la seguridad que el mundo está padeciendo.
Trelew: Pedimos ejemplos de cómo abordar las cuestiones de violencia.
Tierra del Fuego: ¿Qué futuro hay para los chicos de tener una expectativa, ya sea laboral o profesional?
Lic. Goldenberg: Ahí está el problema. Ustedes conocen los acontecimientos de París durante el año pasado, cuando se quemaban autos y se llegó a una escalada: un día eran 200, al siguiente 300, 400, 500… hasta que un día la prensa dejó de enviar información porque la misma prensa estaba produciendo la escalada. Se seguían quemando autos, pero no salía en los medios. Los que producían estos hechos, no eran hijos de extranjeros, sino hijos de inmigrantes de una tercera generación, que reciben subsidios del estado pero tienen una posibilidad muy limitada de insertarse en el ámbito laboral y estudiantil. Ese episodio sorprendió allí, donde se vive en la opulencia: Europa tiene sus pobrezas, pero económicamente está en uno de los mejores momentos. Aparecen hechos de violencia en una sociedad que tiene todo controlado, en la que los desocupados tienen sus subsidios. Pero eso no resuelve el malestar.
Por eso en las políticas estatales, la educación es central. También lo es la investigación científica que en América Latina está bastante limitada por el contexto político y económico. La pregunta por el futuro me parece fundamental. Nos encontramos con algún adolescente que tiene algo pensado, que tiene algún ideal, que piensa trabajar y tiene un proyecto; pero para los fumadores de paco, los intoxicados, para todos ellos, es muy difícil pensar un porvenir. En definitiva, el problema del futuro atañe a lo educativo, pero también atañe claramente a las políticas. Eso ya está, de algún modo, fuera de nuestras manos. En conclusión, es necesario tener en cuenta que el sistema educativo tiene mucho que ver con el futuro de los sujetos, pero también con el futuro del país.
Trenque Lauquen: ¿Qué pasa con la violencia que se genera dentro de las escuelas? No por parte del chico, sino de la familia. ¿Hay posibilidades de generar lazos?
Lic. Goldenberg: Eso de padres que acuchillan docentes o les pegan, está en la misma línea. Es una cuestión de ruptura de lazos y de no reconocimiento de la autoridad. Creo que hay que abordarlo sintomáticamente: lo ocurrido está diciendo algo. Solamente con encerrar a los padres o expulsar a los alumnos no se resuelve; por el contrario, hay que dar un ámbito para que pueda ser escuchada y tramitada la cuestión. Son fenómenos nuevos. En otra época eso de agredir a un docente era algo excepcional e impensable, pero está en la misma línea, es la violencia dentro del ámbito de la escuela que rompe los marcos. Es la misma que puede suceder afuera: no está solamente en el ámbito educativo, puede suceder en un hospital o en otros lugares. Pone en evidencia la fragilidad de los lazos sociales y su regulación.
Tucumán: En un mundo marcado por imágenes, ¿cuáles son los criterios al tomar imágenes para trabajar en una escuela?
Lic. Goldenberg: Lo del mundo marcado por la imagen me parece interesante.
Más que seleccionar imágenes, hay que tratar de pensar en las palabras, porque ya tenemos todo el tiempo bombardeo de imágenes. Una película puede ser mejor que la otra, pero no sé si eso va a cambiar la cuestión. Como ya tenemos demasiadas imágenes, quizás lo mejor es poder hacer uso del los lazos discursivos, la relación de sujeto a sujeto y el lazo. No creo que haya unas imágenes mejores que otras, me parece que lo que hay que fomentar es el lazo, y poder elaborar aquello que hace síntoma en el lazo.
Concordia: ¿Qué solución dar para aquellos chicos cuyos padres se encuentran ausentes y sin gabinete en la escuela?
Lic. Goldenberg: Insisto con lo que decía anteriormente, pienso que los dispositivos tienen que estar más allá de los gabinetes. No tengo la fórmula, eso lo tienen que pensar ustedes. A veces la escuela por sí sola es el único marco con que los sujetos cuentan, y eso lo deben conocer. Bowling for Columbine y Elephant muestran eso: los chicos van y vienen de la casa, y no hay padres. Es un síntoma de esta época la adicción al trabajo para mantener un status y un nivel de vida. Así estos chicos prácticamente no tienen contacto con sus padres, no se ven con ellos, no hablan con ellos. No solamente en lugares marginales, sino que ya es un problema de la época. Hay que tomar en serio que la escuela a veces es el único marco.
Chivilcoy: Recomiendo otra versión de la situación que muestra Elephant. En Bang Bang, you are dead (Guy Ferland, 2002), un profesor de teatro en la escuela revierte el drama con su actitud de escucha y compromiso.
Mara Brawer: Esta película transcurre en un colegio secundario donde ya hay episodios de violencia. Frente a toda la resistencia, el profesor sigue adelante. En el medio hay un chico que es bastante arraigado y que ve las cosas de una manera diferente. Es muy interesante porque logra una reflexión en los padres, en las autoridades y muestra esta cuestión de los lazos rotos.
Lic. Goldenberg: Gracias por el dato, me habían comentado esa película pero todavía no había tenido oportunidad de verla.
Esperaba una pregunta de Córdoba, porque quería recomendar una revista de psicoanálisis, "Mediodicho" cuyo último número se titula "Esa Violencia".
Misiones: ¿Se puede decir que este nuevo discurso fue generado por la idea de que "todo está permitido", dicho entre comillas?
Lic. Goldenberg: Sí, de algún modo sí, en alguna época se creía que el problema del padecimiento y del sufrimiento tenía que ver con la represión, la censura y la cuestión de la autoridad. Se trataba de liberarse de la represión, de las reglas, de la ley, un poco los años ´60 tenían esa idea, liberarse de todo y que todo sea permitido. También esta idea está en Los hermanos Karamazov (Dostoyevsky, 1880): "Si Dios ha muerto, todo está permitido", en la que se plantea una paradoja. No creo que en la época actual, si bien hay un rebajamiento de las reglas de las leyes, todo esté permitido. En los síntomas de los adolescentes y de los niños nos encontramos más bien con la dificultad, las inhibiciones, el consumo de drogas. Esto no quiere decir que todo está permitido. Justamente el que consume drogas, alcohol y pega, muestra un punto de dificultad. La dificultad se pone en juego justamente en la relación con el otro sexo y el amor. Puede haber muchas líneas respecto de las ofertas de goce, pero siempre el problema más difícil y más sintomático es el lazo amoroso y el lazo sexual. Es entonces cuando se pone en juego lo sintomático. Mucha droga, mucho descontrol, pero la cuestión de poder encarar al otro no es tan fácil, por eso el tema de "todo está permitido" es importante ponerlo entre comillas, tal como se aclaró en la pregunta.
Mendoza: Con respecto a los castigos, ¿usted considera que dejaron de existir? ¿Cuál podría ser el castigo, si éste carece de importancia tanto para padres como para niños?
Lic. Goldenberg: Me parece una pregunta fundamental para cerrar lo de hoy. Hablé de Foucault, que se dedicó mucho a investigar el castigo, el sistema carcelario, los sistemas de punición. El problema central no es si hay castigo o no hay castigo, sino poder responsabilizar. Creo que el punto central es que : "el sujeto es siempre responsable" como dice Lacan.
Ahora bien, que sea responsable no quiere decir que se responsabilice. Responsabilizarse es asumir la responsabilidad, reitero: el sujeto es siempre responsable de lo que hizo. Así, Junior es responsable de lo que hizo, eso no quiere decir que se responsabilice. Creo que más que pensar en el castigo, es mejor pensar cuál es el modo de poder responsabilizar a un sujeto por lo que hace. Un niño también es un sujeto y en ese sentido hay que orientar la experiencia educativa como en el ámbito analítico, es decir, ¿Cómo poder responsabilizar a un sujeto?. Creo que ese es un punto clave.
Muchas gracias por la invitación a Mara Brawer y los colegas del Observatorio y muchas gracias por la participación y las preguntas, para mí fue un gusto estar en este ciclo.
* Mario Goldenberg es psicoanalista, miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis, profesor de la Universidad de Buenos Aires, co-responsable del Departamento de Psicoanálisis y Filosofía del Centro de Investigación del Instituto Clínico de Buenos Aires, autor de varios libros y trabajos, compilador con Diana Chorne de La creencia y el psicoanálisis (FCE, Bs. As., 2006), y De astucias y estragos femeninos (Grama ediciones, Bs. As., 2008).
1- Ciclo de videoconferencias observatorio argentino de violencia en las escuelas. Tercer encuentro: 30 de marzo de 2007.