domingo, 31 de agosto de 2014

Rorty y las orquideas

“La mujer, como la flor, sumerge sus raíces en el ... goce.”

Jacques Lacan, Seminario XVII.


En un texto de caracter testimonial, Richard Rorty, filósofo americano, toma dos cuestiones centrales de su vida, una que viene de lo familiar y otra contingente.

El texto fue titulado “Trotsky y las orquideas silvestres”; el trostkismo proviene de la simpatia de sus padres, por el sueño utópico del socialismo, sueño que a lo largo de los años no abandona del todo a pesar de su viraje al pragmatismo de Dewey, de quien se reconoce continuador. Siendo niño se produce un encuentro, en las montañas del noroeste de New Jersey, la inclinación por las orquídeas de esa región.

Sentía el orgullo de ser la única persona de por allí que conocía donde crecían, cuáles eran sus nombres latinos y cuando florecían. Las orquídeas se habían vuelto importantes sin saber por qué, pues lo central en esa época del joven era el relato político y sus orquídeas no encajaban allí. 

Rorty en su texto nos dice que mirando hacia atrás, sospecha que en todo eso “había un montón de sexualidad sublimada (las orquídeas son un tipo de flor notoriamente sexy)”; y que su deseo de aprender sobre ellas estaba ligado al deseo de comprender todas aquellas palabras difíciles del libro de Kraft-Ebbing -Psicophatia sexualis-, vale la pena aclarar que una de las especies que mas llamaba su atención eran ciertas orquídeas pequeñas y amarillas llamadas “lady slipper”. 

A los quince años tenía un proyecto: reconciliar a Trotsky con las orquídeas: “fundar en una sola imagen realidad y justicia”. Con el tiempo, el proyecto fracasó, él mismo lo menciona como una mala idea, reducir lo singular de las orquídeas al universal del relato político o filosófico. Aquello que no es del Todo, sino más bien del uno por uno, no-todo, tal como sitúa Lacan en lo femenino en Encore. 

La flor, los lirios y Lacan 


Lacan en el Seminario XVII, en el capítulo del Campo lacaniano, el campo del goce, sitúa la finitud del goce fálico, como un goce que “cuando se termina, se termina”. Post coitum animal triste, frase que Lacan cuestiona pues dice que no es forzoso, pues alguien puede tomarlo alegremente. Más allá de triste o alegre es interesante que tome el “post coitum” en tanto refiere a un más allá del falo; que retoma inmediatamente en su referencia al que dijo: “Mirad los lirios del campo, ni tejen, ni hilan, pero son ellos los que están más cerca del reino de Dios.” No tejen, ni hilan pero gozan. “Los lirios del campo como un cuerpo enteramente entregado al goce... Goce de la planta... tal vez ser una planta es un dolor infinito.” 

Es llamativa esta oposición entre un goce que se termina, el fálico y el goce de la planta como un dolor infinito. Sabemos que en este seminario no hay muchas referencias a lo femenino, sin embargo toma la cuestión de que la mujer como madre es a quien se pide, quien ordena, quien instituye la dependencia del niño. La madre como Otro. 

Sin embargo, aclara que la mujer le permite al goce llevar la máscara de la repetición. Mascarada fálica, pero no toda fálica. Por lo tanto llama la atención que para hablar de la mujer, recurra a la flor, habiendo situado anteriormente, el goce de los lirios. 

Lacan dice: La mujer, como la flor, sumerge sus raíces en el mismo goce. Goce que figura un fuera de discurso, como el goce de la planta. Pues solo entra en el deseo como objeto a. “Sólo en la medida que el objeto a sustituye a la mujer el hombre la desea”. 

Sabemos que no podemos pedir mucho a este seminario, respecto del goce femenino, pero quizás estas referencias anticipan las fórmulas de la sexuación del seminario XX, Encore. La flor como mascarada y el goce de la planta revelan algo que luego va a conceptualizar. 

En el “Atolondradicho” (L'Etourdit), Lacan dice ya no de la mujer sino de una mujer, es “la única cuyo goce sobrepasa al coito. ... Por eso mismo, quiere ser reconocida como la única por la otra parte” es decir la parte masculina. Es interesante que Jacques-Alain Miller trabaja esa referencia, en la página 373 de su seminario “Los signos del goce”; pues articula goce y amor. En tanto es la única en su goce y por lo tanto quiere ser reconocida como única, reconocida, dice Miller, es una referencia a la estructura de reconocimiento del Otro. 

Sin embargo “aun cuando este reconocimiento del Otro fuera satisfecho”; “el goce de una mujer la divide convirtiendo su soledad en su pareja.” (Lacan, L'Etourdit). Miller plantea entonces; “... la indicación de que la mujer sigue siendo compañera de su soledad en su goce, muestra el fracaso de todo reconocimiento del amor para librarla de ella. No es que, en este sentido, el hombre sea infiel, sino que la soledad de una mujer se funda en un goce al que ningún hombre puede seguirla”. 

Conclusión


Podríamos recordar las flores amarillas de Freud, (dientes de león) de su recuerdo infantil, que se conecta con el vestido de su amada adolescente, El ramillete del esquema óptico en Lacan y otras referencias, pero la preciosa metáfora del seminario XVII es un hallazgo, -la mujer, como la flor ... sitúa por un lado el goce de la planta como un goce absolutamente otro, en cambio del goce femenino se puede decir que es un goce radicalmente otro, que si bien es no-todo fálico, lo femenino participa del goce fálico. 

La flor tiene sus raíces de planta y también su parte de mascarada. Pues compañera de su soledad, no la hace lirio, sino a encontrar un partenaire que le hable. 


Bibliografía 


Freud, S., Recuerdos encubridores. AE II. 
Lacan, J., Seminario XVII, El reverso del psicoanálisis. Paidós. 
Lacan, J., El Atolondradicho, Ornicar nro. 1. 
Miller, J.A., Los signos del goce. Paidós. 
Rorty, R., Pragmatismo y política. Paidós.

jueves, 21 de agosto de 2014

Psicoanálsis y Biopolítica

La política prodece por identificaciones, que buscan capturar al sujeto, en cambio el psicoanálisis va contra las identificaciones, haciéndolas caer, para que el sujeto en la experiencia analítica pueda encontrarse con el objeto a, con su condición singular de goce.

El inconsciente es la política, es la definición que da Lacan ubicando el discurso de amo, como discurso del inconsciente. Es interesante que un término que introduce Foucault, como el de biopoder, en su seminario del 17 de abril de 1976, refiera al modo en que "el poder político se ejerce sobre el hombre en tanto ser viviente". La filosofía política había apuntado más bien sus problemas a los derechos del sujeto ante el Estado y La Ley.

El término de biopolítica, que ha desarrollado entre otros el filósofo napolitano Roberto Esposito, tiene su interés para nuestra comunidad, pues incluye en el discurso político un elemento diverso, que es el bios, el cuerpo.

Roberto Esposito distingue dos formas de vida, zoé y bios , para hablar de la vida desnuda usa el término zoé y bios lo define como forma de vida.

La biopolítica es la política que se ejerce sobre los cuerpos, esto le permite un abordaje del nazismo que de otro modo era impensado, Foucault lo había llamado racismo de Estado.

La política del 3º Reich es mas bien una tanatopolítica, una política de pureza racial sobre la vida, utilizando el discurso biológico, de curar a la raza aria de la infección judía; cabe señalar que no era un uso metafórico, es sabido la participación de los médicos en la selección y en los dispositivos de los campos de exterminio, también el mismo Hitler fue llamado el "gran médico alemán" que siguiendo la tradición de Pasteur y Koch había hecho un gran descubrimiento, el virus que infectaba a la nación aria. Hemos tenido en nuestro país una variante de esta tanatopolítica, ya no con un discurso racial, sino de curar a la patria de la infección subversiva, sabemos de las practicas de exterminio y también de la apropiación de cuerpos de bebés como botín de guerra.

La biopolítica es un modo interesante de pensar la política, no solo en el extremo del fascismo, sino también, en el contexto actual, las políticas de evaluación, regulación y sanitarias, también son políticas sobre el cuerpo.

Esposito introduce también dos términos: comunitas e inmunitas.

El modo de pensar la comunidad es a partir de un no hay nada en común, plantea una ruptura de la idea cerrada y orgánica del cuerpo político a favor de la multiplicidad de la existencia variada y plural, una política entendida como producción contínua de la diferencia respecto de toda práctica identitaria, una conjugación inédita entre el lenguaje de la vida y la forma política, o sea un biopolítica afirmativa, no sobre la vida sino de la vida.

Lo inmunitario es tematizado también a partir de la biología, una infección atenuada para prevenir una mayor. Lo inmunitario permite mantener una comunidad, sin embargo el modo en que lo inmunitario se pone en juego en esta época es a través de guerras preventivas, de sistemas de seguridad que donde el aparato represor atenta contra la integridad de los cuerpos, un ejemplo que da Esposito de Afganistán es que los mismo aviones que repartían víveres, tiraban bombas. El film "La caída" muestra como el aparato inmunitario del nazismo en sus últimos días, pone en juego el goce exterminador contra ellos mismos, si no son lo suficientemente fuertes deben ser destruidos los mismos alemanes.

La seguridad dominante en los tiempos de la globalización tiene de alguna manera estas características, por preservar la seguridad se puede hacer uso de la violencia sobre los cuerpos, como ha sido la reciente masacre en un colegio en Beslan, donde las fuerzas de seguridad terminan matando no solo a los secuestradores sino a los niños que permanecían como rehenes.

En esta línea, la protección inmunitaria aparece como el mecanismo que protege a la vida combatiendo aquello que la niega, la figura que expresa de forma mas acabada, plantea Esposito, este mecanismo es el phármakon con su doble sentido intrínseco de medicina y veneno. Este mecanismo para conservar la vida termina negándola.

Por lo tanto es interesante la diferencia entre forma de vida Bios y vida desnuda Zoé.

El modo lacaniano de pensar la comunidad diverge de la psicología de masas freudiana, para Lacan, no hay comunidad de goce, el bios lacaniano, forma de vida, manera de gozar es singular. La lógica inmunitaria tiende a hacer borrar la forma de vida, donde podemos situar lo pulsional, así mismo la lógica identitaria, intenta nombrar desde el discurso de la ciencia y del mercado los síntomas para borrarlos en su sentido y singularidad, tenemos un mundo de anorexias, adictos, terroristas, bulimias, depresivos, panic attacks, como nuevos nombres donde lo inmunitario excluye la diferencia.

Para el psicoanálisis el cuerpo es un cuerpo que habla y en tanto habla goza, es un cuerpo pulsional, donde el síntoma es acontecimiento del cuerpo. Es interesante el movimiento en la enseñanza de Lacan, que ha subrayado muy bien J-A. Miller en su curso del partenaire- síntoma, donde ubica el pasaje del $ sujeto barrado que se dirige al A/ Otro barrado, al parlêtre, hablanteser ($ + cuerpo, plantea Miller) que tiene como partenaire al síntoma, es un pasaje de la tercera persona el Otro y al segunda persona: el partenaire síntoma.

La lógica del Otro con mayúscula A, termina siendo una lógica de lo inmunitario, en cambio la alteridad como síntoma, conduce a una lógica del no-todo, donde también se asienta el lazo particular de deseo del sujeto.

¿Puede pensarse una biopolítica lacaniana? ¿O más bien si en la formulación de Lacan, el inconsciente es la política, puede decirse entonces que el síntoma es la biopolítica?

Hay que destacar que en su conferencia del 25/9/2006 en Buenos Aires, Roberto Esposito además de haber pasado por una experiencia de análisis, tenia como referentes teóricos a Freud, por "Tótem y Tabú", el "Malestar en la cultura" y "Moisés y la religión monoteísta" además está investigando la concepción del lenguaje en Lacan.

Es de destacar que la filosofía política actual haya tomado la enseñanza de Lacan, evidentemente el psicoanálisis tiene su aporte clave para seguir pensando lo real de la época.

Publicado en la Revista Enlaces #13, Grama ediciones, Buenos Aires, 2008.

Esposito, Roberto, "Bios" Biopólítica y Filosofía, Amorrortu Ed. 2006, Buenos Aires.

Miller, Jacques-Alain, " Lacan y lo político" (Entrevista) en "Jacques Lacan, psicoanálisis y política" Yves Charles Zarka. Ed. Nueva Visión 2004, Buenos Aires.

Schillagi,Carolina: Vida y amenaza -Algunas notas para pensar la política contemporánea a través de la noción de biopoder-.Trabajo presentado al Seminario del Dr. Edgardo Castro sobre el texto "Hay que defender la sociedad" de Michel Foucault, junio de 2006. Publicado en Virtualia 16.

lunes, 18 de agosto de 2014

Variaciones sobre lo infantil

Richard Surgeon - Zebra (2008)

Es de destacar el modo en que aparece inicialmente el niño en la obra de Freud: es como víctima del accidente sexual. El trauma es una perturbación que produce una respuesta defensiva del mecanismo psíquico, separando representación y afecto; la representación queda debilitada y el afecto se desplaza a otra representación; si es del cuerpo lo llama conversión para la histeria, si es mental, obsesión o fobia.

El trauma sexual perturba lo que es en un primer momento la sexualidad- como lo plantea en "Psicoterapia de la histeria" (1895) o en la "Etiología de la histeria" (1896)

Es interesante que el carácter accidental contingente del trauma en esta primera época mantiene su vigencia aunque Freud abandone la teoría inicial del trauma. La forma del encuentro con lo sexual tiene el carácter de un mal encuentro, accidental y contingente, que en un segundo tiempo -a posteriori- va a producir síntomas.

Con "Los tres ensayos…" de 1905, Freud pasa del trauma accidental a la pulsión como fuerza constante, del niño como víctima de la escena de seducción al niño perverso polimorfo, cuando introduce la sexualidad infantil.

La sexualidad infantil es un término clave para el psicoanálisis, pues sitúa el carácter anticipado de la sexualidad humana respecto del desarrollo biológico; también clave en la formación de síntomas.

El niño perverso polimorfo es una figura teórica, pues simultáneamente al texto de 1905, publica el caso Juanito ("Análisis de la fobia de un niño de 5 años") que es un niño con su síntoma, su fobia. Es llamativo que Lacan en su "Conferencia en Ginebra sobre el síntoma" tome la fobia de Juanito como paradigma del síntoma.

Hay una diferencia en Freud, entre el niño teórico de "La interpretación de los sueños" (1901), donde los sueños infantiles son pura y simple realización de deseos, sin censura, también el niño perverso polimorfo, respecto de Juanito que es tratado como un sujeto del inconsciente de pleno derecho.

Así es que en un primer momento el síntoma es una formación sustitutiva del trauma contingente. Con la pulsión sexual, el síntoma indica el retorno de lo reprimido, el fracaso de la defensa ante la exigencia pulsional.

En la conferencia 23, "El camino de la formación de síntomas", cuando ya tiene conceptualizada la pulsión, cuando ya sitúa la fijación en la metapsicología, esta tensión entre lo contingente y lo necesario, vuelve con las vivencias sexuales infantiles. Estas son la matriz de los síntomas, modo de goce que han sido fijados en las experiencias de la primera infancia y el síntoma repite como manera de gozar.

Hay dos cuestiones nuevas en las "Conferencias de Introducción al Psicoanálisis" respecto del síntoma. Por un lado el sentido de los síntomas, es un sentido sexual, el ciframiento semántico conduce al goce, la fijación al trauma; por otro lado introduce también la concepción del síntoma como satisfacción sustitutiva, respecto de estas vivencias sexuales infantiles.

El síntoma condensa a la vez el sentido y la manera de gozar.

Las experiencias sexuales de la primera infancia vuelven a traer la marca de lo contingente, en el núcleo del síntoma; considerando que para Freud cuentan los fantasmas originarios, castración, seducción y escena primaria, también la pulsión como exigencia de trabajo constante para el aparato psíquico.

En 1920, "Más allá del principio de placer", nos trae un niño que produce un juego auto creado, su invención ante el foso que deja la partida de la madre. El carácter de auto creado revela el aspecto de invención, de radical singularidad en la constitución del sujeto, el juego enlaza lo simbólico, los significantes: Fort, Da, con un juego auto creado, respondiendo al agujero que deja la ausencia de la madre.

El Fort-Da muestra un aparato psíquico regido por una ganancia de placer de otra índole que la del principio de placer-displacer. El trauma - en el texto del 1920- aparece como una ruptura en la protección antiestímulo, la compulsión de repetición es el intento de ligar mediante un trabajo psíquico, la ruptura en la red de significantes, que es el trauma; este modelo va bien con la concepción del síntoma como un aparato de goce que suple el agujero estructural del no-hay-relación sexual.

El trauma accidental de los comienzos del psicoanálisis, es en "Más allá del principio de placer" estructural, solidario de la pulsión de muerte.

Es llamativo que Freud vuelva al concepto de trauma, ya no en la vía de la neurosis histérica, sino de las neurosis de guerra y la neurosis obsesiva.

Los textos paradigmáticos de la primera época son "Traumdeutung" - "La interpretación de los sueños"- y los "Tres ensayos y una teoría sexual"; rige el principio de placer, los sueños son realización de deseos de modo homólogo a la formación de síntomas. A su vez los síntomas son la práctica sexual de los neuróticos, en el sentido de la incidencia de la pulsión sexual en el síntoma.

En esta segunda época el actuar, Agieren y la compulsión, Zwang marcan la clínica.

La represión, que había estado en el centro de la teoría en un primer momento, incluyendo la metapsicología, con la represión primaria y secundaria, deja su lugar a la repetición, a la compulsión de repetición.

Freud pasa de la sexualidad traumatizada por una escena accidental a una sexualidad que es traumática en tanto que tal. Donde la contingencia del encuentro con el goce deja marca en la falla central de la lengua, respecto de la relación sexual.

Lo traumático no es lo inefable, lo oscuro, sino como ha dicho Jacques-Alain Miller es la relación con la lengua, pues en la lengua no hay nada que de cuenta de que hay hombres y mujeres, no como significantes de la segregación unaria, sino que hombres y mujeres no se acoplan de por sí. Hay condición erótica, hay consonancia sintomática, que hacen de lo contingente del encuentro, condición necesaria del amor.

En ese sentido el niño en Freud es el modelo de lo contingente y traumático del sexo del ser-hablante (parlêtre).

Hay dos referencias importantes: una es de "Inhibición, síntoma y angustia" (1926) donde Freud retoma un término del "Proyecto…", que es el desamparo o desvalimiento inicial, como primer momento lógico en la constitución subjetiva, el niño inerme ante la invasión económica de estímulos, donde son las pérdidas de objeto, marcadas por la angustia de castración, las que constituyen las respuestas en el sentido de los modos de defensa, inhibición, síntoma y angustia. Mientras la angustia de castración es el motor de la defensa.

Podemos decir que quizás vuelve algo de aquella posición inicial del niño inerme en la escena traumática de seducción, inerme ante el encuentro pero responsable, de la insondable decisión del ser, de su respuesta de lo real.

El desamparo seria la posición estructural del sujeto ante lo imposible de la castración, las respuestas son los modos de velar lo imposible.

Hay una última referencia en el texto de "El Humor" y en el "Porvenir de una ilusión", por un lado al mundo tan lleno de peligros Freud lo llama un juego de niños, por otro, retoma el concepto que Kant toma en "¿Qué es la Ilustración?" la minoridad culposa, no referido a lo infantil, sino a una posición de no responsabilizarse del saber, Sapere Aude (Atrévete a saber) es el emblema de la ilustración, es un llamado a la responsabilidad. Del mismo modo que el consentimiento a un análisis es un -Atrévete a saber- del goce y de la singularidad de cada sujeto.

La minoridad aparece en el texto sobre la religión, como refugio en el sistema doctrinal, en la religión del Padre, como protección en el sentido religioso; Freud apuesta a abandonar la casa paterna, y aprender a usar sus propias fuerzas, en el sentido de la ilustración, saber para responsabilizarse de aquello que determina al sujeto, pero sobre todo, más en el sesgo lacaniano, de las contingencias que constituyen la radical singularidad gozante que somos.

La formulación de Lacan, que no es por lo necesario sino por la contingencia que se demuestra la imposibilidad, señala justamente que la pasión neurótica es tratar lo imposible por lo necesario, no queriendo saber nada de lo traumático del sexo, pagando con demasiado sufrimiento su satisfacción, mientras que el análisis permite demostrar que es la contingencia la que constituye el goce de cada cual, y que eso no se inscribe ni representa en el Otro, sino que implica para el sujeto una operación de asunción de su singularidad de goce, el salto que es la identificación al síntoma.

Es por lo tanto llamativo que en los comienzos del psicoanálisis, el malentendido de Freud haya condensado en el niño: el sexo, la contingencia y el trauma, anticipo del lugar central que tiene la contingencia en la enseñanza de Lacan.

El genio de Xul Solar

Palacios en Bría

Jorge Luis Borges define a su amigo Xul Solar como "uno de los acontecimientos más singulares de nuestra época".

La radical singularidad de Xul Solar, uno de los pintores argentinos más importante del siglo XX, fue acompañada de una continua labor como inventor; la frase que tempranamente nombra su suplencia es "Me haré un mundo"

El autor sitúa el intento de "hacerse un mundo" para el artista, contextualizando la figura de Xul Solar con la maestría de Jorge Luis Borges. [*]

Xul Solar fue uno de los pintores argentinos más importantes del siglo XX. Nacido en 1887, como Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari; en 1912 inicia un viaje a Oriente, que lo lleva imprevistamente a Europa; es allí donde empieza a firmar sus cuadros como Xul Solar, conoce a Paul Klee, a Emilio Pettoruti. Expone en muchas ciudades europeas, hasta que vuelve a Buenos Aires en 1924. Amigo de Jorge Luis Borges, por muchos años; comparten a Blake, a Swedenborg, la filosofía oriental, el budismo, intensos diálogos, hasta que una diferencia política, el peronismo, enfría su amistad a partir del ´46. Después de su muerte en 1963, Borges vuelve a recordar su admiración por Xul Solar en numerosas conferencias, reconociéndolo como hombre de genio y "...uno de los acontecimientos más singulares de nuestra época".


Borges lo define como "un hombre versado en todas las disciplinas, curioso de los arcanos, padre de escrituras, de lenguajes, de utopías, de mitología, panajedrecista y astrólogo, perfecto en la indulgente ironía y en la generosa amistad".

Esta generosa definición de Borges, sitúa un rasgo de Xul, su indulgente ironía, es cierto que su modo de ironizar era benévolo, no sarcástico. Jacques-Alain Miller plantea que la ironía, a diferencia del humor que pasa por el Otro, "no es del Otro, es del sujeto y va contra el Otro. ¿Qué dice la ironía? Dice que el Otro no existe, que el lazo social es, en el fondo, una estafa".

De sí mismo nos dice, en el Mundo argentino [1] "Soy campeón del mundo de un juego que nadie conoce todavía: el panajedrez; soy maestro de una escritura que nadie lee todavía; soy creador de una técnica, de una grafía musical que permitirá que el estudio de piano, sea posible en la tercera parte del tiempo que hoy lleva estudiarlo. Soy director de un teatro que todavía no funciona. Soy el creador de un idioma universal: la panlengua, sobre bases numéricas y astrológicas, que contribuirá a que los pueblos se conozcan mejor. Soy creador de doce técnicas pictóricas, algunas de índole surrealista y otras que llevan al lienzo el mundo sensorio, emocional que produce la escucha de una audición musical." Creador de una lengua para la América latina: el neocriollo con palabras, sílabas, raíces de las dos lenguas dominantes: el castellano y el portugués.

Creador de juegos que nadie juega, padre de lenguas que nadie habla, director de un teatro que todavía no funciona, su dispositivo de invención está acompañado de un todavía no.

En un texto de 1910, una noche de octubre, quien era todavía Oscar Alejandro Agustín Schulz Solari, termina diciendo: "-Oh, ¿qué manos, qué llamadas me llevarán al aire puro, al sol radioso y al satisfecho mediodía? En esta lucha angustiosa me haré veterano; con mis manos, mis ojos, y oídos ávidos, con mi ardiente e hirviente cerebro encontraré el camino; si no lo hay, si no hay país sin angustia para mi, todo yo, dentro de mis pensamientos, para mis hermanos, me haré un mundo!"

¡Me haré un mundo! Si no hay camino, si no hay país sin angustias. Este párrafo anticipa sus viajes pero más aún hacerse un mundo, que aquí tenemos, estamos en su mundo; no dijo - ¡Haré un mundo! Sino - ¡Me haré un mundo!, un mundo que aspira a un universo, a un universal que nadie habla, que nadie juega, que nadie habita. Pero esa vocación de demiurgo, de genio creador, tendía a hacer un universal, -para decirlo en términos lacanianos- un Otro con mayúscula, un universo simbólico siempre por realizarse, pero todavía no..., aún no....

Esto mismo lo lanza a una continua invención. Borges dice del panjuego que eran tan variables sus reglas que nunca se llegó a jugarlo.

James Joyce decía "La sociedad es la encarnación de leyes universales e inmutables que implican y envuelven los caprichos de los hombres, sus costumbres particulares y diversas circunstancias de vida".

Jacques Aubert catedrático francés, comenta que en la obra de Joyce hay dos significantes claves, parálisis y drama, ubica la parálisis en lo universal, en la ciudad y el drama es el intento de devolver vida y sentido a lo universal en tanto muerto.

Para Xul, podemos decir, no hay un universal en parálisis o muerto, se trata más bien de un no-hay-universal, o de un universal a inventar : "¡Me haré un mundo!".

Borges decía que Xul Solar comprendía o mejor dicho sentía, que lo que llamamos realidad, es lo que queda de antiguas imaginaciones. "Aceptamos la estructura de gobierno, es verdad que esa estructura ha sido fijada alguna vez; afectamos el idioma, es verdad que ese idioma ha sido fijado y tiene sus raíces en otros, y tendemos a creer que ese mundo complejo y en gran parte ajeno en que vivimos, es la realidad; pero Xul sabía que la realidad puede modificarse continuamente, y creía que su misión consistía en esa revolución continua."

Una realidad siempre por hacerse, siempre por fijarse. Me haré un mundo, se puede decir que lo hizo, aunque todavía no.

Me haré un mundo es el intento de fijar un universal, su modo es la invención continua:Todavía no. Sin embargo su obra, sus pinturas, fijan algo. Xul Solar decía de él mismo, que no era un pintor fantástico sino realista. Pintaba lo que veía, lo que veía en sus visiones.

Aldo Pellegrini dice que la pintura de Xul Solar siempre fue recibida con críticas elogiosas pero que no llegó a interesar hondamente a sus contemporáneos. Estaba demasiado fuera de cualquier línea de clasificación. Podemos decir que Xul Solar, era un inclasificable. La formulación de Borges sobre Xul como uno de los acontecimientos más singulares de nuestra época, indica que el mundo de Xul es su singularidad. Freud dice que el Yo es el depositario de identificaciones. Sabemos que las identificaciones cubren la falta de ser del sujeto.

En Xul, me haré un mundo y también un nombre, sitúa su identidad, en su singularidad, en un punto excéntrico, fuera del sentido común. Su continua invención, es su ontología, su dispositivo creador.

Los que participamos del sentido común ocasionalmente inventamos algo, a veces sí, a veces no. Borges decía: "cuando creo haber inventado algo, me doy cuenta de que Xul está inventándolo a través de mí, o quizás a pesar de mí."

Los que participamos del sentido común, quizás podemos aprender de Xul Solar, que aunque nos creemos determinados por nuestros ancestros, tenemos un destino, intentamos parecernos o ser distintos a los demás. Cada uno de nosotros, sin saberlo y sin creerlo es una invención, una radical singularidad.

También podemos agregar, que los que habitamos el sentido común, creemos que nos entendemos, que el lenguaje es comunicación, pero vivimos en el malentendido.

Es verdad que la lengua es un asunto común, pero la relación con el lenguaje es singular para cada uno.

La experiencia analítica demuestra que podemos saber el peso y la resonancia que pueden tener las palabras para un sujeto. El sentido común, las identificaciones, creernos hermanos, son modos de velar el malentendido estructural. La panlengua y el neocriollo, son diversos intentos de corregir la falla del lenguaje. Pues lo traumático es la relación a la lengua. La panlengua es una lengua lógica donde cada palabra lleva en sí la definición de lo que nombra.

Nuevos términos, neologismos y ruptura del sentido. Sin embargo, Xul Solar no tiene una obra literaria sino pictórica. Es allí donde puede fijar lo traumático, pues cada uno de sus cuadros tiene un nombre y un nombre singular ( Por ejemplo: Dos anjos, ofrenda cuori, min main ya, hia tu pre ver). Su obra en algún aspecto es un mundo. Pero es evidente que la pintura no alcanzaba, el "me haré un mundo" eran las lenguas, los juegos, el piano, la arquitectura, el teatro, la escritura: un mundo, su mundo.

* Texto presentado en el Homenaje realizado en el Museo Xul Solar, de Buenos Aires el 17 de Septiembre de 2003 - http://www.xulsolar.org.ar/

1- 1° de agosto de 1951

Fotografía expuesta en el marco de la feria del libro de San Isidro el 4 y 5 de octubre de 2014

Foto: Mario Goldenberg

"Luz a través del muro"

Homenaje a Julio Cortázar 
Rayuela, cap. 147


“¿Por qué tan lejos de los dioses? Quizá por preguntarlo. ¿Y qué? El hombre es el animal que pregunta. El día en que verdaderamente sepamos preguntar, habrá diálogo. Por ahora las preguntas nos alejan vertiginosamente de las respuestas. ¿Qué epifanía podemos esperar si nos estamos ahogando en la más falsa de las libertades, la dialéctica judeocristiana? Nos hace falta un Novum Organum de verdad, hay que abrir de par en par todas las ventanas y tirar todo a la calle, pero sobre todo hay que tirar también la ventana, y nosotros con ella. Es la muerte, o salir volando. Hay que hacerlo, de alguna manera hay que hacerlo.”

domingo, 17 de agosto de 2014

Emilia Cueto entrevista a Mario Goldenberg

http://www.elsigma.com/entrevistas/entrevista-a-mario-goldenberg/9638

-¿Cómo se produjo su llegada al pensamiento freudiano?

-Mi primer encuentro con el pensamiento freudiano fue con un libro titulado Freud y la histeria femenina del Dr. J. Gómez Nerea, de Editorial Tor, que estaba en la biblioteca de mi padre y que aún conservo; posteriormente el cierre de la Facultad que en aquel momento era de Filosofía y Letras en el año 1974 me abrió un camino diverso de la militancia estudiantil, que fueron los grupos de estudio de Freud siguiendo el programa de Oscar Masotta, recién allí incursioné en la obra freudiana, aunque ya hacia unos años que había comenzado un análisis. El inicio en Freud, me permitió un recorrido temprano que luego continué estudiando con Raúl Sciarretta durante los largos años negros del proceso militar, creo que era el único lugar donde se podía respirar. Debo decir que la aproximación a Freud en esos años y posteriormente Lacan, inicialmente como una inquietud intelectual, derivaron en una apertura que me llevó a la práctica clínica y la docencia universitaria.

-¿Qué aspectos del movimiento freudiano han atravesado centralmente su formación?

-Creo que la obra de Freud marca el inicio de una bisagra entre el campo del sentido y el campo de la pulsión y un modo nuevo de pensar la subjetividad.

Freud tuvo el mérito de inventar un nuevo lazo social: el discurso analítico y un movimiento que constituyó con la IPA.

Lacan, que fue excomulgado en los años ‘60, siguiendo la psicología de las masas freudiana, advirtió que la internacional llevaba el modo de una de las masas artificiales conceptualizada por Freud: la Iglesia; su excomunión lo llevó a generar el movimiento lacaniano con una orientación, el retorno a los fundamentos freudianos.

Debo decir que mi formación inicialmente freudiana, fue atravesada, a partir de los años 80 con la llegada de Campo Freudiano a la Argentina, con un modo nuevo de pensar la clínica, el Encuentro Internacional del Campo Freudiano en Buenos Aires en 1984, llevaba como título: “¿Cómo se analiza hoy?”. Pudimos en ese momento encontrarnos con colegas formados por Lacan, lo que permitió sacar al lacanismo del carácter críptico que tomó en los años de la dictadura, retomando el estilo que Oscar Masotta imprimió a la enseñanza de Lacan. La clínica lacaniana era algo más que el juego de palabras y el analista silencioso. La dirección de la cura está orientada por lo real, en tanto opera sobre el goce. El movimiento que se originó a partir del encuentro de Caracas, con la visita de Lacan a América latina, generó en Buenos Aires varias asociaciones, entre ellas el Seminario Lacaniano, fundado por Javier Aramburu y Mónica Torres entre otros, fue mi primera experiencia institucional, donde fui Director y participé también del Consejo Estatutario.

El pase y la escuela fueron los grandes ejes de trabajo en esos años. Diversas idas y vueltas con las consecuentes escaramuzas llevaron a fundar con otras asociaciones: el Simposio, Biblioteca Internacional de Psicoanálisis (BIP) y SABA, la Escuela de la Orientación Lacaniana en 1992, en la que ingresé unos años mas tarde.

La EOL fue el producto de un pacto que llevó al acto de fundación con Jacques-Alain Miller, con quién venía realizando una práctica de control algunos años atrás. Mi experiencia de control con Miller fue muy fecunda, me sirvió entre otras cosas para encontrarme con un modo distinto de pensar la clínica y como un encuentro que marcó mi formación analítica.

La experiencia de la EOL, fue una verdadera experiencia de escuela distinta a la del grupo anterior. Después de algunos años tuve la oportunidad de ser designado Director para los años 2002-2004, años difíciles en el país, pero que verificaron la postura de Lacan de la escuela como refugio ante el malestar en la cultura. Fueron los años del deshielo a partir del encuentro Miller-Etchegoyen donde pudimos realizar trabajos en común con colegas de APA y APdeBA que aún continúan. Nos encontramos con que la enseñanza de Lacan había traspasado muchas fronteras, no solo la de la internacional sino también en diversos campos de la cultura y el pensamiento.

Tanto el trabajo de actualizar el psicoanálisis para pensar la época, como la apuesta al pase, como modo de dar cuenta del fin del análisis, fueron guiando mi interés en estos años.

-Dentro de la obra freudiana ¿considera que hay líneas que han quedado abiertas y que no han sido suficientemente trabajadas?

-Afortunadamente Freud dejó líneas abiertas -hay que decir que suficientemente trabajadas por él- que han permitido continuar ese camino.

Creo que un aspecto que quedó abierto es la clínica de la psicosis de la que tanto Lacan como los llamados postfreudianos se han ocupado.

Freud con Schreber abre un camino para pensar las psicosis; la psicosis en Lacan tiene dos grandes momentos: el Seminario 3 justamente sobre Schreber con la formulación de la forclusión del Nombre del Padre, y Joyce al final de su obra donde toma la psicosis para la conceptualización del sinthome y el fin del análisis.

Otro tema es el del malestar en la cultura, que fue una gran preocupación de Freud, el modo en que el discurso analítico puede incidir en las coordenadas de la civilización, la manera en que el psicoanálisis puede aportar a la teoría social.

La relación con la ciencia y la religión considero que también ha quedado abierta, sabemos que Freud apostó con la ciencia al fin de la religión, evidentemente el porvenir de la ilusión ha demostrado que la ilusión, en tanto proporciona sentido pudo sobrevivir ante el real perturbador que produjo el avance de la tecno-ciencia y a la vez hace a la religión más necesaria. Es un aspecto que el movimiento analítico y el pensamiento contemporáneo tienen muy en cuenta: las creencias.

Otro aspecto central que ha dejado una hiancia es el fin de la cura analítica, en Freud el carácter terminable e interminable del análisis ha dejado un impasse respecto de la conclusión; apertura que ha sido retomada por la orientación lacaniana de un modo distinto a la standarización de la IPA. El dispositivo del pase es un modo de dejar abierta está cuestión y permitir en el caso por caso aportes en el marco de la comunidad analítica, que enseñan sobre la singularidad de cada fin, y a la vez dan cuenta del pasaje de analizante a analista. Los diversos modos que hacen una serie heterogénea y que aportan a la teoría.

Quizás el gran mérito de Freud es que ha dejado como legado una obra abierta, digo legado porque implica una apropiación de lo recibido de modo distinto a una herencia que no implica una operación de asunción.

-Si tuviera que elegir tres conceptos fundamentales en la obra freudiana, ¿cuales elegiría y por qué? 

-Preguntaría porque tres y no cuatro, que son los que toma Lacan en el Seminario 11, llamado “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”.

Inconsciente, repetición, transferencia y pulsión, no hay psicoanálisis sin estos cuatro.

Agregaría un quinto que es el síntoma, que es el concepto clave, que recorre toda la obra freudiana, desde el inicio, con los síntomas histéricos, siguiendo por una cuestión central del descubrimiento freudiano que es el sentido de los síntomas, tal como lo tematiza en las conferencias de introducción al psicoanálisis de 1916/7, donde introduce algo realmente nuevo para la clínica médica que conocía los síntomas, los síntomas tienen un sentido, algo quieren decir, esto lo lleva al silencio del síntoma, su carácter resistente a la cura, de núcleo pulsional, de pulsión de muerte. La reacción terapéutica negativa como problema técnico lo conduce a una cuestión ética que es la relación del sujeto con su manera de gozar.

El síntoma es el elegido no sin los otros conceptos, de modo que está articulado a los otros cuatro, como manera de gozar del inconsciente, insistencia y resistencia, síntoma analítico y destino pulsional y es la pieza central de la obra freudiana.

-¿Coincide con la visión freudiana de la idea de no progreso del sujeto, tal como aparece en El malestar en la cultura?

-Es muy interesante el contraste entre el optimismo de su primer época y su visión desengañada del progreso en los años 30, creo que en ese momento está en cuestión, de alguna manera, el Ideal científico de progreso.

Quizás se advierte la posibilidad de una lógica distinta, también Freud sentía cuestionado el progreso de las curas analíticas. La idea de progreso se mantiene en una lógica religiosa que la ciencia sostenía (pero ya no sostiene) con la ilusión de un despertar, o que el progreso técnico iba a mejorar la relación del sujeto al goce; evidentemente el camino analítico se rige por otra lógica. Lo que hay que tener en cuenta no son los “progresos”, sino los cambios en la subjetividad.

-¿De qué manera considera que la Primer Guerra Mundial ha incidido en la obra freudiana?

Durante la Primer Guerra había un problema político que se convirtió en cuestión de estado, fueron las llamadas neurosis de guerra. Los soldados traumatizados que venían del frente y también las neurosis desencadenadas antes de ir a la trinchera. Freud, claramente a la altura de la época, toma esta cuestión en Más allá del principio de placer, recuperando el término de trauma, que había utilizado en la primera teoría de la histeria.

Las neurosis de guerra comparten con los sueños traumáticos, el fort-da, las resistencias en transferencia, la fundamentación de la compulsión de repetición y por ende la pulsión de muerte.

Hay un viraje en Freud de un aparato psíquico regido por el principio del placer-displacer auna ganancia de placer de otra índole. Algo más primario que lo homeostático que es la tendencia del sujeto a actuar contra sí mismo.

Esta incidencia le permite a Freud dejar definitivamente la ilusión de hacer consciente lo inconsciente, encuentra un límite a la simbolización.

El trauma pasa a tener un lugar estructural y no accidental como en los primeros años de su obra, no es ya solo un encuentro inadecuado con el goce, sino un agujero o rotura en la trama simbólica. El paradigma del aparato psíquico no es el sueño, como cumplimiento de deseo, sino la pesadilla que vuelve al mismo lugar. El lenguaje no es más vehículo de la comunicación, mensaje, sino aparato de goce.

La guerra tuvo una importante incidencia en la teoría freudiana y en su preocupación por el desenlace de la humanidad, el sueño del progreso de la ciencia y la razón lo encuentran a Freud en la antesala del monstruoso holocausto.

La categoría del trauma freudiano tiene su vigencia para nuestros tiempos, el atentado a las torres gemelas ha iniciado un período en la historia marcado por lo traumático, pensar el trauma no como acontecimiento sino como proceso, como estructural, permite al psicoanálisis un modo de operatoria sobre el sufrimiento distinto a otros abordajes que intentan restablecer el estado anterior, evidentemente se trata de restituir el sentido, de restablecer el lazo con el Otro, pero fundamentalmente producir una respuesta ante lo que no tiene respuesta.

-Freud además de genio era un Kulturtrager como muchos de los exponentes de su época, ese no es el marco actual en la formación de numerosos analistas, ¿incide esto en el psicoanálisis de nuestros días?

-El genio de Freud es el que permitió la invención del psicoanálisis, no podemos pretender que los analistas seamos como Freud o Lacan, pero sí es importante en la formación analítica estar a la altura de la época, esto quiere decir estar a la altura de los debates centrales del pensamiento contemporáneo. Si el psicoanálisis queda reducido a una práctica psicopatológica podemos poner en duda su porvenir. Es una práctica que trata más bien la ex-sistencia, y en ese sentido no pertenece al campo de la ciencia, ni de la religión, es un nuevo campo.

-El psicoanálisis no sería posible sin Freud, ¿qué hizo posible a Freud?

-Sería vano pensar si hubiera habido psicoanálisis sin Freud, sí es claro que Freud proviene de una serie de coordenadas históricas del discurso de la ciencia, el fin de la metafísica en la filosofía, la declinación del Imperio Austro-húngaro, y podríamos agregar una larga lista a la serie de determinaciones.

Pero además de las determinaciones hay contingencias singulares que llevaron a Sigmund Freud a ser Freud, podemos utilizar el término que está en el Moisés y la religión monoteísta: el gran hombre. Creo que en este punto no alcanza con su inteligencia, su cultura, su sagacidad sino y fundamentalmente lo que había en Freud de invención, su genio.

-¿Qué aspecto biográfico de Freud le resulta más atractivo?

-Un detalle biográfico para Freud fue el episodio antisemita de humillación que afectó a su padre cuando un gentil arroja el sombrero del padre y este debe levantarlo de la acera. Este suceso marca su vida y su obra, el padre humillado; el segundo detalle atractivo es cuando dice: “vagaba como un alma en pena”, en sus últimos años antes de publicar “Moisés” esa vacilación es llamativa ante una obra que descontruye a la religión, a Dios pero no llega a desconstruir al padre, es parte del legado que nos dejó a los analistas.

-Apelando a un ejercicio imaginativo, ¿Cuál cree que sería la mayor preocupación actual de Sigmund Freud?

-La preocupación actual de Freud ya estaba en sus tiempos, era el porvenir del psicoanálisis. La incidencia del psicoanálisis en el siglo XX ha sido formidable a tal punto, que las interpretaciones ya son parte del Otro cultural. Sin embargo no son los mismos tiempos, no son los tiempos de la ética de la renuncia sino de la promoción del consumo, no son tiempos de la moral victoriana sino más bien de lo no-moral. Creo que su mayor preocupación sería que la hiancia del inconsciente no se cierre, que las puertas del Averno -tomando la metáfora dantesca- sigan abiertas, que el psicoanálisis no quede ahogado en el discurso religioso ni en las redes de las tecnociencias.

-En nombre de elSigma le agradezco el haber accedido a formar parte de este homenaje a Freud en el 150º aniversario de su nacimiento, y que nos haya transmitido en forma clara aspectos fundamentales del pensamiento freudiano, en un ejercicio que considero importante para todo aquel que intente llevar adelante la práctica del psicoanálisis.

miércoles, 13 de agosto de 2014

El porvenir del inconsciente de Jorge Alemán Comentario de Mario Goldenberg

La reciente publicación de "El porvenir del inconsciente" de Jorge Alemán, es un acontecimiento para el psicoanálisis de la orientación lacaniana.

Este nuevo libro continúa la operación antifilosófica de articular desde el psicoanálisis a los grandes movimientos críticos contemporáneos, Marx y Heidegger, que tiene en común el carácter contingente de las existencias y lo radical de la singularidad, frente a los universalismos y la metafísica.

Después de largos años de trabajo sobre Lacan y Heidegger , en colaboración con Sergio Larriera, Alemán ha recorrido en sus libros y en su enseñanza, una crítica( en el sentido kantiano) de la razón posmoderna, foucaultina, derridiana, pragmatista entre otras.

El porvenir del inconsciente, plantea no solo el porvenir del psicoanálisis como corpusteórico, que tiene su lugar en la cultura, sino como praxis, como experiencia inconsciente del vacío de la "Cosa", como lo plantea el autor.

Este libro incluye por primera vez, su seminario de Málaga-España, en el que viene sosteniendo su enseñanza hace ya varios años.

"Angustia y ética" el título de su último seminario, recorre la nada heideggeriana, la plusvalía marxista, la pulsión freudiana y el goce lacaniano, realizando una operación con estos referentes, respecto del sujeto y la ex – sistencia, intentando la tarea imposible de hacer conversar a Freud, Heidegger y Marx desde la enseñanza de Lacan. Los paradigmas del goce, construidos por Jacques-Alain Miller, han sido una herramienta para conceptualizar lo que la Ley, en su semblante de nobleza simbólica, encubre la obscenidad del superyo y la pulsión de muerte.

También encontramos en el libro una serie de entrevistas y una conversación que encabeza el volumen con Juan Moscardi, recientemente fallecido; las entrevistas recorren la lectura de Alemán, sobre el pensamiento actual, la diseminación argentina, la guerra, la política, la democracia, la filosofía contemporánea, desde una propuesta abierta a lo Otro de la razón.

Incluye dos apartados Variaciones y Antifilosóficas, con notas sobre Eugenio Trías, Jacques Lacan, Emannuel Kant, Giles Deleuze, Martín Heidegger, entre otros y un brillante texto sobre el poder y la política en Freud.

Alemán ha logrado en estos años, en los cuales tenido la fortuna de compartir sus reflexiones, por lo menos los diez últimos, una interrogación desde la orientación lacaniana, del pensamiento contemporáneo y de la época, no desde un freudo-marxismo, ni una filosofía lacano-heideggeriana, sino desde el psicoanálisis como praxis, y desde la razón fronteriza que inaugura Freud entre el campo del goce y el campo semántico.

No es redundante insistir en que esta publicación, es un aporte clave para la formación de los analistas, y para el psicoanálisis en la cultura, pues señala el trabajo incesante de estar a la altura del real de la época.

COMENTARIO DE LA CONFERENCIA “CULTURA DE LAS PANTALLAS” DISERTANTE: MARIO GOLDENBERG


El día viernes 10 de septiembre de 2010 se realizó en el paraninfo de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, la conferencia “Cultura de las pantallas”. La misma estuvo a cargo del Lic. Mario Goldenberg, director de nuestro CID. En primer lugar se recordó el trayecto recorrido por el IOM en Santiago del Estero desde hace 10 años. Sosteniendo su presencia no solo a través del dictado de seminarios, también con actividades de interés público vinculadas a otras disciplinas y aspectos de la cultura, como conferencias, presentaciones de libros, ciclos de cine, etc. Sosteniendo de esta manera la transmisión del psicoanálisis de la Orientación Lacaniana en Santiago del Estero.

A continuación el Lic. Goldenberg inició la conferencia destacando que vivimos una época de pantallas: cine, tv, celulares, PC, GPS, etc. La tecnología en este sentido ha invadido la vida cotidiana y planteó la importancia de pensar el efecto en la subjetividad. Al respecto se refirió al secreto a la intimidad de los sujetos en relación al discurso de la seguridad.Tomó términos referidos a la lógica de lo inmunitario, para explicar con una serie de ejemplos cómo aquello que está destinado para la vigilancia o seguridad termina en un hecho de violencia o en contra del sujeto.Mostrando cómo la cuestión mediática produce estos efectos que antes no existían. La pantalla es usada también para los sinsentidos sin tener en cuenta la función de lo íntimo y del secreto de cada individuo. Por lo que destacó el costo de atravesar esta barrera, sobre todo en los adolescentes, provocando efectos negativos no calculados. Otro ejemplo que ilustra esta problemática está a nivel de la pantalla y el lazo social, en este sentido en el encuentro amoroso se produce un efecto paradojal. No es un encuentro cuerpo a cuerpo, puede pensarse como la estructura del sueño, menciona el Lic. Goldenberg en el sentido de la realización de deseo pero no sustituye al encuentro real. Por el contrario borra algo de este encuentro. Por otra parte mientras que la realidad virtual tiene la estructura del sueño, la TV apunta a dormir, es una especie de somnífero.

Esto tiene como efecto la declinación de las figuras de la autoridad.Los personajes producen algo de la sustitución en el orden de la diversión pero también del sinsentido. Hay un goce banal. El cine en cambio conserva algo del soñar. También mencionó otro nivel de pantalla: el video juego y cómo a través de los mismos se promueve la diversión pero también la violencia que luego se deriva en violencia escolar, hacia el puro goce. Como síntoma instalado muestra cómo se plantea una nueva relación con el semejante. Hay una nueva dimensión que es la cultura de las pantallas donde hay que tener en cuenta estos efectos clínicamente: el juego impregnado de violencia, que tiene su correlato de goce en el entretenimiento. El episodio violento es mediático, hoy es eso lo que se vende. Se pregunta dónde queda la subjetividad en todo esto, más allá de los aspectos interesantes que brinda la tecnología. Esta cuestión se hace presente en los consultorios donde llega la violencia de los niños, los fracasos de los encuentros amorosos, los modos de padecimiento como consecuencia del uso que ofrece la tecnología en relación a las pantallas. La globalización, la mundialización de la imagen juega como una especie de epidemia de anorexias, de depresión, de ataques de pánico. El psicoanálisis conserva el lazo social cuerpo a cuerpo. No es una relación virtual, hay amor de transferencia. La oferta del psicoanálisis es un ámbito real donde se puede atravesar la cuestión del amor más allá de lo virtual y más allá de la realidad de cada uno. Esta realidad no es virtual en el sentido de la pantalla sino mas bien fantasmática.

Comentario realizado por Lic. Mónica Asfora

Cuerpos del siglo XXI



El parlêtre, como lo ha definido Jacques-Alain Miller su curso El partenaire-síntoma (1997/98), modifica el concepto de $, sujeto representado por un significante para Otro, es sujeto más cuerpo. El cuerpo es un cuerpo que habla y en tanto habla goza, es un cuerpo pulsional, donde el síntoma es acontecimiento del cuerpo. Sin embargo, encontramos en nuestros tiempos nuevas modalidades que no pasan por el inconsciente y que silencian al síntoma. Tanto desde las nuevas formas de violencia, las variantes del consumo y las toxicomanías. La declinación del S1 bajo la forma del Nombre del padre, la caída de los ideales, la elevación al cenit social del plus de gozar, constituyen un impasse ético y a la vez una promoción del superyó como mandato de goce, que no es lo mismo que el síntoma como manera de gozar.

Las nuevas formas de violencia llevan la marca de actos sin sentido como las masacres escolares, o la violencia como diversión, modo de rechazo del lazo social. Hemos asistido en estos últimos años a una serie de actos como Columbine, Carmen de Patagones, Oslo, Virginia Tech, Colorado, Rio de Janeiro, Connecticut, para mencionar algunos, donde se revela el revés del discurso actual, promovido por losmass-media y la industria de entretenimiento (Entertainment). Formas de violencia también, no tan ruidosas, pero que se ponen en juego en los adolescentes, haciendo uso de las redes sociales y los medios tecnológicos.

La confluencia del discurso de la ciencia y el mercado plantea un rechazo del lazo y una prevalencia del plus de goce. Los cuerpos golpeados, intoxicados, medicados, tatuados, cortados, dan un estatuto nuevo al hablante, así como también nuevas identidades a partir del pathos.

El tratamiento de lo real que hace el discurso actual a partir de la evaluación y la normativización, es una combinación del todo vale según las ofertas del mercado y la doctrina inmunitaria de la seguridad.

"¿Dónde están las histéricas de antaño? Las histéricas que le enseñaron a Freud el camino del inconsciente propiamente freudiano", parafraseando a Lacan.

El psicoanálisis tiene que vérselas hoy con otras modalidades de padecimiento que no demandan saber, sino que buscan en las sustancias que proporciona la ciencia o las que promueve el mercado un modo de intoxicar el síntoma, de hacerlo callar.

La operación analítica tiene el desafío de pasar de la Zwang, compulsión, a la invención o la creación singular de la manera de gozar de cada uno. Mi anhelo es que este Encuentro demuestre a la comunidad estas coordenadas de nuestra clínica.

http://www.enapol.com/es/template.php?file=Textos/Cuerpos-del-siglo-XXI_Mario-Goldenberg.html

Entrevista a Mario Goldenberg por Francisco E. Ruiz


En esta entrevista para el blog del IOM CID Santiago del Estero, el Lic. Goldenberg comentó sobre temas relacionados a la época actual y el psicoanálisis: los síntomas sociales, violencia, la política y los usos del psicoanálisis en la actualidad.

F.R.: Me gustaría que puedas dar una impresión de tu visita en Santiago, pensando también en la extensión que tiene cada vez más el psicoanálisis. La cuestión del psicoanálisis en extensión, en tanto difusión y enseñanzas, y el psicoanálisis en intención, en cuanto a la formación de los analistas en Santiago.


M.G.: Hace ya varios años que vengo a Santiago, creo que este es el séptimo año. Y realmente tanto en el sentido de la formación de analistas como en el sentido de la extensión del psicoanálisis en la ciudad, creo que los resultados han sido bastante buenos. Lo he constatado año tras año, los cambios en la ciudad, y como ha crecido el IOM tanto en el sentido de extensión como en el sentido de la formación. Me parece que con los años se ha podido profundizar en los debates, avanzar en las conceptualizaciones y encuentro que hay una riqueza muy interesante en ese sentido.


F.R.: ¿En qué crees que el psicoanálisis puede ser de más interés en el interior del país? Hay temas que son síntomas sociales, por ejemplo la violencia contra la mujer, la política, los medios de comunicación. ¿Crees que el psicoanálisis puede tener una participación en el sentido de poder decir algo sobre esos temas?


M.G.: Respecto a los síntomas actuales, me parece que desde el psicoanálisis hay una plataforma teórica formidable para pensar lo actual. Respecto al caso concreto de violencia contra la mujer, evidentemente esta época es una época donde hay una oferta de goce muy amplia, desde tóxicos, la diversión…, donde la mujer como causa de deseo o como síntoma de algún modo queda desplazada. En este sentido estas soluciones violentas o de eliminación no es la cuestión neurótica de la mujer como síntoma sino más bien modos donde están pluralizados otros modos de goce, a diferencia del goce que se pone en juego en el encuentro sexual. Cuando Lacan dice que el discurso capitalista es un rechazo a la castración y un rechazo al amor, creo que todos esos efectos lo constatan.


F.R.: La orientación lacaniana por eso tiene una participación en los debates políticos, un campo que es interior y a la vez exterior. La política como discurso del amo, y el psicoanálisis su reverso. Está el ejemplo de la izquierda lacaniana.


M.G.: El término izquierda lacaniana lo han tomado algunos teóricos de las ciencias políticas, no porque Lacan haya tenido una posición de izquierda, ni Freud ni Lacan han asumido eso, pero sí teóricos como Badiou, Žižek, Laclau, Castoriadis, Stavrakakis, que han tomado categorías del psicoanálisis para pensar la teoría política. El sujeto de goce y nuevas formas de relación a la democracia y lo que se llama la postdemocracia. Además tener en cuenta que la política no solo puede ser pensada desde lo jurídico, desde lo económico, sino que el goce también es un factor político.


F.R.: Para terminar,…pensando también en el tema de las próximas jornadas de los CID en Jujuy,… ¿Para qué sirve “un” psicoanálisis?


M.G.: Bueno, es una pregunta pragmática, y apunta a la cuestión de la época en el sentido del uso del psicoanálisis. Es una pregunta que hay que responder en cada práctica, en cada tratamiento y en la labor de cada analista. Hay una respuesta muy simple que da Lacan en el seminario XXIV que dice que el psicoanálisis sirve para sentirse mejor. Que no es poco.

martes, 12 de agosto de 2014

¿Dios ha muerto?

Mario Goldenberg

La pertinencia de interrogar después de más de un siglo , la frase de Nietzsche, pone en evidencia, que el problema de las creencias, sigue vigente.

Gianni Vattimo, filósofo italiano, autor de “Creer que se cree” y “Después de la cristiandad”, entre otros, toma la frase de Nietzsche, siguiendo la interpretación heideggeriana, como el anuncio del final de la metafísica racionalista, el fin del Dios moral, aquel que Pascal llamó “el Dios de los filósofos”.

La frase indica que la era del absoluto, de los fundamentos últimos ha llegado a su fin. No considera la frase como un fin de la fe, si no que el fin de los relatos absolutos, deja la posibilidad de una renovada vuelta de la fe religiosa.

¿Cuál es el lugar del psicoanálisis en esta debate?

Dios: sentido, sacrificio y verdad.

Los primeros exponentes del pragmatismo americano fueron William James y Charles Peirce en el siglo XIX . Uno de los textos más importantes de William James fue “The will of believe”,(La voluntad de creer ), y de Pierce “La fijación de la creencia”. Ambos, William James y Charles Pierce, fueron creyentes; William James promovía una especie de psicoterapia religiosa. John Dewey, es posterior, plantea una continuación del pragmatismo de los dos primeros y, a la vez, maestro de Rorty. Dewey fue también creyente, proviene de la religión, e intenta hacer un cruce entre cristianismo y socialismo( -lo que puede ser socialismo en Estados Unidos-). Richard Rorty, que es el exponente del pragmatismo actual, reconoce a William James, a John Dewey, como sus antecesores en el pragmatismo pero, es absolutamente ateo. Es muy interesante, como el pragmatismo norteamericano puede pasar de una vertiente religiosa a una vertiente atea sin solución de continuidad, en el sentido que lo predominante es lo útil del sentido, no importa si es religioso o no. En los libros de Rorty no es alguien interesado en la religión, le interesa la política, la filosofía; la cuestión de la religión es un tema que está fuera de su obra. Es interesante ese movimiento, cómo una corriente filosófica pasa de sus primeros exponentes, creyentes en el sentido religioso, a un exponente ateo sin ruptura, sin la muerte de Dios, a pesar de que Rorty reconoce la tradición pragmática anterior.
En la conversación con Alan Badiou (*), sobre la cuestión de la muerte de Dios y la muerte del comunismo. Badiou plantea, la muerte de Dios como una separación definitiva entre sentido y verdad. Toma el sentido definido por Lacan como religioso, y la religión como una conjunción entre sentido y verdad. Justamente dice que en el pragmatismo hay una desaparición, una anulación de la verdad, o de la categoría de la verdad, y que la utilidad para el pragmatismo es solamente relativa al sentido. Esta apreciación de Badiou tiene todo su valor para el psicoanálisis, pues es por el Sujeto Supuesto Saber, es por el sentido, que se llega a la verdad, esa es la ilusión neurótica, mientras la experiencia analítica enseña que el sentido, más bien, obtura la castración. La operación analítica separa sentido y verdad, y es la fuga de sentido la que conduce a lo real. En esta conversación con Badiou, la pregunta apuntaba a dos muertes de las que habla en relación a esta época; la muerte de Dios y la muerte del comunismo, ubica la muerte del comunismo en el mismo sentido de la muerte de Dios, porque en el sentido histórico, el materialismo dialéctico hacía coincidir sentido y verdad. La historia tiene un sentido, la humanidad va inexorablemente al socialismo y, de éste modo, hay una coincidencia entre verdad y sentido, toda política es justa en tanto va en esta perspectiva. Así, por ejemplo, es llamativo el trato que tenían los opositores en la época de Stalin. Ustedes saben que Stalin acabó con todo la vanguardia bolchevique de Lenin,; el comité central del Partido Comunista que llevo a cabo la Revolución de Octubre, poco a poco, fue diezmado. Hay una diferencia en el modo de eliminación stalinista, del modo nazi. El nazismo, su modo de tratar al enemigo era eliminarlo directamente, no había ninguna pregunta que hacer; si había una pregunta era, si era negro, judío o gitano. En cambio, en el stalinismo, en el juicio a los opositores se les exigía una autocrítica, una especie de confesión con arrepentimiento por haber faltado al sentido de la historia, como una condición ejemplar para el resto, donde la autocrítica implicaba una especie de semblante de verdad de que se había fallado respecto de la orientación histórica del materialismo dialéctico. Ahora suena hasta disparatado, pero pueden leer sobre los procesos de Moscú y las purgas stalinistas. Kameniev, Zinoviev y Bujarin, sus juicios terminan con una autocrítica, reconociendo sus desviaciones. Ese arrepentimiento no implicaba el perdón, sino que, los fusilaban igual pero dejando como testimonio la autocrítica.

Badiou dice que, en ese punto, el stalinismo era religioso porque hacía coincidir sentido y verdad, toda política era justa en tanto el sentido de la historia conducía al socialismo inevitablemente, de ese modo sentido y verdad coincidían y podía justificar todas sus atrocidades.

La formulación de Badiou: “Dios ha muerto”, está como prólogo, en un texto que se llama “Breve tratado de ontología transitoria”, es justamente del año ’98. Es muy interesante que ese texto coincide con el curso de Miller y Laurent titulado “El Otro que no existe y sus comités de ética”, hay una especie de solidaridad entre el “Dios ha muerto” de Badiou, y “El Otro que no existe” de Miller. -El Otro que no existe- es una formulación que está en Lacan, el agregado que hace Miller es ubicar los ’90, como “la época del Otro que no existe”. Sin embargo, en su curso posterior llamado “Un esfuerzo de poesía” 2002/3 Jacques-Alain Miller pone en cuestión si podemos seguir llamando esta época como la del Otro que no existe. Allí Miller plantea un retorno de Dios, un retorno del discurso del Amo, cosa que en los ’90 parecía que eso había concluido.

Hay una relación entre el Otro lacaniano y Dios.

Es conocida una anécdota de Lacan con Althusser. Cuando Lacan, empieza la teorización del gran Otro, se encuentra con Althusser quien le dice -pero ese Otro del que usted habla no es otro que el buen Dios-. La afirmación de Althusser habría captado una vertiente de Lacan, el de la primer época, donde pasa de la intersubjetividad a la relación del sujeto barrado al Otro. No es disparatado decir que, si uno tematiza la teología, los problemas teológicos, se trata de la relación del sujeto con el Otro.

Dios, podría decirse, no es un sujeto; en la historia, uno de los modos de leer al Otro, es Dios. El problema para Lacan es si su teorización llevaba a una vertiente religiosa.

Jacques-Alain Miller en el curso “Un esfuerzo de poesía” dice claramente que en la primer época de Lacan, el Nombre del Padre, el gran Otro, toda la problemática de la verdad, conducían a un injerto cristiano en el psicoanálisis. Esa vertiente religiosa del psicoanálisis, lo lleva a Lacan, a tener que introducir el Otro barrado, a pasar del problema de la verdad al problema del goce, a orientar al psicoanálisis por lo real. No es casual que Lacan haya tomado como término Nombre del Padre que es un término claramente religioso. Hay una referencia del Seminario de la Angustia 10, donde Lacan, plantea:

“La cuestión tiene una gran importancia, ya que nos conduce al terreno donde se dibujó en el espíritu de Freud y con su forma más fulgurante la función de la repetición. La función de la repetición es solamente automática, y en cierto modo, está ligada al retorno, al acarreo necesario a la batería significante. O bien, posee otra dimensión que me parece inevitable encontrar en nuestra experiencia, si tiene un sentido aquella que da el sentido de esta interrogación portada por la definición del lugar del Otro con mayúscula, característica de lo que intento sostener ante ustedes, aquello a lo cual intento para decirlo todo intento acomodar vuestra mentalidad. Acaso a quien cuyo recuerdo se trata de despertar quiero decir que se trata de hacer que recuerde, no es Dios mismo?”.

La frase –“Dios ha muerto” -, es una frase de Nietzsche, que está en “Así habló Zaratustra”, es retomada por Heidegger, por Deleuze y por Badiou, por Vattimo, y otros; marca las coordenadas de una época. Hay un artículo de Karl Löwith, discípulo de Heidegger, que se llama “La interpretación del sentido tácito de la sentencia de Nietzsche, -Dios ha muerto-”, que está en un libro “Heidegger pensador de un tiempo indigente”, de 1956. La cita dice lo siguiente:

“La sentencia de Nietzsche de que Dios ha muerto se encuentra en el centro de la interpretación de Heidegger, pero no como un fragmento aislado de su doctrina, sino como, el leit motiv que ilumina el resto de los vocablos clásicos de Nietzsche, nihilismo, vida, valor, voluntad de poderío, eterno retorno. Dios ha muerto significa que el mundo metafísico de las ideas, del ideal, de los valores ya no tiene vida, y que, por lo tanto la metafísica en general ha llegado a su fin.” Aunque Heidegger no niega que la frase de Nietzsche se refiere al Dios cristiano de la revelación bíblica. Hay dos vertientes de cómo se toma esta frase, por un lado Nietzsche en el ataque al cristianismo, pero lo interesante de ese artículo es que dice que es un ataque al cristianismo y no a la iglesia; y por otro lado, el fin de la metafísica y de la caída de los ideales y los valores.
Se puede decir, que lo que se llamó Lacan, declinación social de la imago paterna, proviene de la época de Nietzsche. A veces se toma la cuestión de la declinación del padre como si fuera un problema de fines del siglo XX; no hay que ir muy lejos, leyendo los historiales freudianos de Dora, de Juanito, del hombre de las ratas, para notar que ya hay un padre que ha declinado allí. El único padre fuerte es el de Schreber, que no opera justamente como modelo de la función y evidentemente produce una psicosis. En ese sentido, la declinación del Otro, la declinación de los ideales, están desde el nacimiento del psicoanálisis, desde el fin del siglo XIX, no es una novedad del siglo XX. Miller en “Un esfuerzo de poesía”, toma la frase de Nietzsche, “Dios ha muerto”, como un clivaje, una bisagra entre el discurso religioso y el capitalismo. El plus de goce del discurso capitalista, pone un coto a la ética sacrificial de la religión. El siglo XX marca esa tensión entre religión y capitalismo. En Freud tenemos una modalidad de neurosis, la histeria donde se trata de la insatisfacción y la privación sacrificial, también la neurosis obsesiva, donde el rasgo central que tematiza, es la renuncia pulsional y el sacrificio, que estarían más ligado a la ética religiosa. Sin embargo, el discurso capitalista que no es del siglo XX y por eso es interesante ubicar la frase de Nietzsche como bisagra, promueve más bien el plus de goce, la plusvalía, en cambio la religión promueve el sacrificio.

Los textos de Freud sobre la religión, más conocidos son “El Porvenir de una ilusión”, o “Moisés y la religión monoteísta”; tenemos otros textos que son “Psicología de las masas y análisis del yo” donde hace una referencia a la Iglesia como masa artificial, y “Tótem y Tabú” donde se puede ubicar en el mito del asesinato del padre, el origen de la religión. Hay un texto previo, que no es de los más conocidos, llamado “Actos obsesivos y prácticas religiosas” de 1907; es un articulo donde anticipa los dos casos que están en “El sentido de los síntomas” y “La fijación al trauma” que son dos de las “Conferencias de introducción al psicoanálisis”,1916/7.

La señorita del ceremonial de dormir y la señora que tuvo un fracaso en la noche de bodas que repite un ceremonial que va del mantel a la cama. El primer modo en que aborda la cuestión religiosa es comparando el ritual religioso con el ritual obsesivo; ubica el ritual obsesivo como patológico respecto de la religión. Termina diciendo lo siguiente:

“Después de señalar las coincidencias y analogías podríamos arriesgarnos a considerar la neurosis obsesiva como la pareja patológica de la religiosidad. La neurosis como una religiosidad individual y la religión como una neurosis obsesiva universal”.

Freud continúa articulando la renuncia pulsional, con el sacrificio que promueve la religión como uno de los fundamentos del progreso cultural.

“La renuncia progresiva a las pulsiones constitucionales, cuya actividad podría aportar al yo un placer primario, parece ser uno de los fundamentos del desarrollo de la civilización humana”, la renuncia pulsional, una parte de esta represión de pulsiones es aportada por las religiones, haciendo que el individuo sacrifique a la divinidad el placer de sus instintos, la venganza es mía, dice el Señor. En la evolución de las religiones antiguas, creemos advertir que mucha parte de aquello a lo que el hombre había renunciado como pecado, fue cedido a la divinidad y, estaba aún permitido en nombre de ella, siendo así la cesión a la divinidad el camino por el cual el hombre hubo de liberarse del dominio de las pulsiones perversas antisociales”.

Hay aquí una versión del sacrificio; el sacrificio que implica la cesión del objeto al Otro, el objeto de la pulsión al Otro. Es interesante, ubicar esta cuestión del sacrificio religioso, muy ligado a la ética kantiana del sacrificio del objeto.

Es necesario señalar que la diferencia entre el sacrificio religioso y la ética capitalista.

La ética del discurso capitalista va bien con la frase de Fedor Dostoyevsky y no de Nietzsche, en “Los hermanos Karamazov”, en la que dice: “Si Dios ha muerto, todo está permitido”. Si hay Dios, hay sacrificio y si Dios ha muerto todo está permitido. Es Lacan quien toma la frase de Dostoyevsky para reformularla, plantea en el Seminario XVII, ”El envés del psicoanálisis” mas bien, si “Dios ha muerto, nada está permitido”. El sacrificio religioso, implica renunciar al goce, prohibiéndolo, en cambio en el capitalismo hay un imperativo de gozar que redobla la prohibición.

La ética del capitalismo, no es la del sacrificio sino, la del entretenimiento, la diversión como lo ha planteado recientemente Miller, tomando este término de Pascal.

No es un término secundario porque toda la promoción, a partir del siglo XIX y del siglo XX, en contra de lo sacrificial es del entretenimiento, en nuestra época se habla de la industria del entretenimiento, de la diversión, que paradojalmente tiene como correlato, la depresión.

La anorexia es el correlato de la oferta excesiva de objetos en el mercado de consumo y, la depresión, es justamente el correlato de la diversión, del entretenimiento.La palabra inglesa “entertainment”, entretenimiento, que los americanos han convertido en una poderosa industria.

La película norteamericana “Elephant” de Gus van Sant, trata del mismo episodio de “Bowling for Colombine” de Michel Moore, donde aparecen estudiantes de un colegio secundario que entran con armas en su colegio y hacen una masacre. El film muestra la preparación de esta trama, no es un documental, es una película donde se va describiendo lo que sucede personaje por personaje. Aparecen dos muchachos que son un poco raros, uno parece psicótico, pero hacen una vida normal, de uno de ellos se burlan un poco, pero nada distinto de lo que pasa en cualquier colegio secundario. En determinado momento, están en la casa y llega una encomienda por correo, la abren, y es un fusil. Lo prueban y al otro día –esto transcurre muy normalmente, se ponen ropa de combate, llevan unos bolsos con armas, tienen todo un arsenal- van al colegio -nadie se sorprende de verlos, eran estudiantes de ese colegio- y la frase, cuando empiezan la masacre, que uno le dice al otro es: “Disfrutalo, Diviertete”!!!. Se trata de eso, no hay un delirio de que son enviados de Dios, que van a matar al demonio, ni que son enviados de Satanás, no hay ningún delirio claro allí, sino que dicen “diviertete” y lo que sucede tiene la estructura de un videogame. Hay algo psicótico, seguramente. Matar pero divirtiéndose, eso es muy interesante retomando el planteo de la separación entre sentido y verdad. ¿Quién puede creer que la guerra de Irak se hizo porque Saddam Husseinn era peligroso? No había un discurso consistente que sostenía eso, o se hizo en nombre de Dios, eran más bien semblantes que muestran, evidentemente, que está en juego allí otra cosa. No hay un sentido sino un uso práctico del sentido.

¿Qué Dios?

De las distintas versiones de la muerte de Dios, corresponde interrogar ¿De qué Dios se trata?. Se podría hablar en el sentido filosófico y en el sentido teológico de una historia de Dios y también el lugar del psicoanálisis en esta historia. Se puede ubicar una historia en el sentido cronológico del politeísmo al monoteísmo, la cuestión de Dios en la época de la ciencia, pero como ordenamiento, parece más acertado el planteo de Blas Pascal, que toma Jacques Lacan.

Blas Pascal, la noche del 23 de noviembre de 1654 escribe lo que llamó su memorial, también se lo llamó su talismán; un texto a partir de una revelación, que se lo encontró cosido dentro de su ropa cuando murió. Pascal falleció a los 39 años, realmente es admirable la producción que hizo en un tiempo tan corto de vida, el memorial lo escribió a los 32 años. Tuvo en esos años -aunque siempre mantuvo su fe religiosa- una vida disipada dedicada a la diversión, hasta que se encuentra, ese 23 de noviembre, en un accidente viajando en un carruaje con una revelación.

El texto del memorial empieza diciendo: “Fuego, Dios de Abraham, Isaac y Jacob”, y no, Dios de los filósofos y los sabios.” Pascal apuesta al Dios- fuego, al Dios vivo, al de Abraham, Isaac y Jacob, de Jesús; Lacan toma al Dios de los filósofos y los sabios como el Sujeto supuesto Saber, como el Dios de la filosofía y el Dios de la ciencia, un Dios conceptual.

Pascal después de este memorial se convierte al jansenismo, que es una secta cristiana; se habla de Pascal como filósofo pero es más bien matemático y religioso; la cuestión religiosa a lo largo de los años se va volviendo más fuerte en Pascal.

Es uno de los autores favoritos de Lacan; son conocidos sus desarrolllos sobre la apuesta de Pascal, en relación a la existencia de Dios. También hay una frase de Pascal, que Lacan toma hablando de la castración del Otro que es: “el silencio eterno, de los espacios infinitos me aterra”, está en sus “Pensamientos”.

Un trabajo de Joseph Ratzinger, (Teólogo y cardenal de origen alemán recientemente devenido Papa Benedicto XVI ) titulado: “El Dios de la fé y el Dios de los filósofos”(1959).

En este artículo toma justamente estos dos dioses de Pascal, el Dios de la fe es el Dios del nombre, del monoteísmo, y el Dios de los filósofos lo toma de Aristóteles es el Dios como concepto. En el desarrollo de su texto toma el Dios como nombre, (- santificado sea tu nombre-), y el Dios de los filósofos que es un Dios conceptual, es el Dios garante de Descartes, es el Dios como motor inmóvil de Aristóteles. El artículo planteando esta diferencia intenta hacer una conjunción hegeliana entre fé y filosofía, entre nombre y concepto.

Por un lado el nombre, que tiene una relación con el Nombre del Padre y el Dios como Sujeto supuesto Saber; el Dios vivo y el Dios conceptual.

Freud participa de toda la corriente cientificista del siglo XVIII y XIX, que era más bien atea. Hay un intento en el discurso de la ciencia de terminar con la religión. La religión es una ilusión y se va a acceder a lo real a partir de la ciencia. Esa ilusión cientificista acompañó a Freud en toda su obra. Primero quiere demostrar que la religión es una neurosis obsesiva, después en “El Porvenir de una ilusión” pone las raíces del complejo paterno, de desamparo, de fuente de deseos, de la creencia y, en el Moisés, intenta deconstruir el monoteísmo, con el argumento de Moisés egipcio y Moisés madianita; también dos dioses, un Dios egipcio: Aton y un Dios del desierto: Yavhe. Es distinto el planteo de “El porvenir de una ilusión” al de “Moisés y la religión monoteísta”.

Freud intenta hacer una especie de refundación del psicoanálisis, donde toda la teoría está planteada de nuevo en relación a la neurosis y a la constitución del sujeto. La invención del Dios como Uno aparece a partir de Moisés. Hay un rezo en hebreo que dice: “ Shema Israel adonai eloheinu, adonai ejat” – Escucha Israel, Dios nuestro Señor, Dios es Uno.

Adonai es el Dios-Uno, que según la hipótesis que Freud toma de Sellin, proviene de la divinidad solar, Atón, del breve reinado del faraón Akhenaton.

Freud en “Moisés …” interpreta, despeja el misterio de Dios, planteando que no es otro que el Padre, deconstruye la divinidad pero salva al padre.

En “El porvenir de una ilusión” de 1927, Freud apuesta a la ciencia contra la religión, siguiendo el proyecto emancipatorio de la Ilustración, donde la religión sería un modo de preservar la minoridad del hombre.

Plantea justamente al final de su artículo dice: “…nuestra ciencia no es una ilusión. Sí lo sería creer que podríamos obtener de otra parte lo que ella no puede darnos.”

Hay un contrapunto interesante entre el planteo de Freud y la conferencia de prensa de Lacan en Roma de 1973.

Lacan plantea allí un posición distinta, justamente el avance de la ciencia, su incidencia en lo real, sus perturbaciones, hace más necesario el sentido que segrega la religión. Habla del triunfo de la religión, como refugio del sentido ante el real perturbador que produce la ciencia; deja al psicoanálisis la chance de sobrevivir si no es ahogado en el sentido.

No ubica al psicoanálisis del lado de la ciencia sino más bien, en la hiancia entre ciencia y religión, orientado por un real que la primera forcluye y la segunda reprime./p>

Un Dios

La cuestión del Uno, es una cuestión central para el psicoanálisis. La ilusión del inconciente, de la neurosis, de la religión, es que hay un Uno que preexiste. En cambio, como ha planteado Jacques-Alain Miller, el discurso analítico refuta esto diciendo que el Uno no es un Uno que preexiste, es un Uno que se produce. La diferencia, entre el discurso del Amo, que es el discurso del inconsciente, y el discurso analítico, es la siguiente:



En el discurso del amo hay un S1 que comanda, y en el discurso analítico hay un S1 que se produce. Ese es el punto de discrepancia en el que Freud que inventa el discurso analítico queda en un punto de impasse en relación al padre. Todavía sigue manteniendo que es el Uno de la excepción, que funda la estructura. En cambio, el discurso analítico mismo, lo que demuestra es que el Uno no es previo, sino es un Uno producido.

La religión individual: la neurosis, sostiene el padecimento particular, tanto en el sacrificio de su plus de gozar al Otro, como en dar consistencia al Otro respondiendo los imperativos de goce; son formas de velar la falta de saber en lo real para el ser-hablante, son formas de desmentir con el rito individual, la invención singular, que es el sinthome de cada ser-hablante.

Las identificaciones, el sentido de los síntomas, los diversos modos de sufrimiento, soportan la pasión neurótica de sacrificio de la singularidad del goce, esta singularidad del síntoma es el Uno al que se adviene en un análisis.

Esto indica un modo diverso de ligar, de hacer lazo con lo Otro, con la alteridad, con lo heterogéneo al sentido.

También de una creencia advertida de lo real, de saber-hacerse un recurso ante el silencio eterno de los espacios infinitos.

En fin

¿Dios ha muerto? con signos de interrogación. Sabemos que ni la frase de Nietzsche, ni la que toma Deleuze, ni Heidegger, se escribieron con signos de interrogación. El signo de interrogación apunta, por un lado, a poner en cuestión el fin de la religión planteada por la ilusión cientificista; por otro lado, es evidente que en estos últimos años, asistimos un retorno de Dios; guerras que se hacen en nombre de Dios, tanto de un bando como del otro. También a una proliferación de las creencias, las creencias religiosas, en el sentido de las religiones tradicionales y de otro tipo de creencias alternativas como el new age, el budismo, la diversidad de sectas. Hay un retorno a la religión en la filosofía, Jacques Derrida y Gianni Vattimo, convocaron a un coloquio en la isla de Capri en 1994, sobre “La religión” con varios filósofos como Eugenio Trías, Hans Gadamer, Vincenzo Vitiello, Aldo Gargani y Mauricio Ferraris, donde plantean el retorno a la religión, en el sentido de ubicar un límite ético para poder pensar la época.
La época del Otro que no existe, es una época donde el Ideal como regulación desaparece, donde hay una declinación de la ley, y todos estos filósofos que vienen de una formación atea, plantean un retorno a lo religioso.

En la década de los ’90, de la globalización, se decía que el Nombre del padre no funcionaba más; la familia, los lazos ya no existían, había que encontrarse con síntomas donde ya no estaba en juego el sentido, síntomas mudos, anorexia, depresiones, donde la represión ya no estaba en juego.

Si tomamos el cine como signos de la época, en el cine actual, llama la atención como en las últimas películas vuelve la cuestión del hijo y del padre. “Padre, hijo” de Sokurov, y otras películas con esta cuestión son: “El abrazo partido”, “El gran pez”, “Las invasiones bárbaras”, “Nemo”, sin olvidar la exitosa saga de Star Wars con su temible Darth-Vader, que no es otro que el padre. Se puede hacer una larga serie, pero evidentemente si hablamos de declinación del padre, hay que decir que la religión neurótica no desapareció. Lo que se llamó Fukuyama “El fin de la historia”, la expansión de la globalización y del mercado en los años ’90, el neoliberalismo produjo cierto efecto devastador en los lazos sociales y familiares, pero no terminó con los lazos, ni con la neurosis, ni con la represión y tampoco terminó con las creencias.

Es para el psicoanálisis un desafío, reconfigurarse para estos nuevos tiempos.

Lacan ha sido muy terminante respecto del carácter indestructible de la religión, al psicoanálisis le queda la operación, que no es menor, de prescindir de la creencia neurótica, la religión individual, de restaurar la creencia ante las nuevas formas estragantes, para poder hacer un uso nuevo de la creencia, de poder servirse de aquello que intenta borrar las ciencias duras con sus ofertas en el mercado: el síntoma.

Poder pasar de la desolación hipermoderna, no a una vuelta del ritual al que asistimos, sino a lo que tiene el arte de invención.

Bibliografía

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-Vattimo, Gianni: “Creer que se cree”, Paidos, Buenos Aires 1996.

-Vattimo, Gianni: “Después de la cristiandad – Por un cristianismo no religioso” Paidós. Barcelona, 2003.